Julius Baer, entre su delicada situación financiera y la opacidad sobre la relación del banco suizo con clientes rusos y venezolanos

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El banco suizo Julius Baer, especializado en la gestión de grandes fortunas, se enfrenta a una situación delicada por su exposición a tres préstamos problemáticos concedidos a un consorcio europeo liderado por el inversor René Benko, que atraviesa dificultades financieras. Además, el banco ha sido objeto de críticas y sanciones por sus vínculos con clientes venezolanos y rusos involucrados en casos de corrupción y lavado de dinero.

Un riesgo enorme para el segundo mayor banco de Suiza

El pasado 27 de noviembre, Julius Baer, el segundo mayor banco de Suiza tras la quiebra de Credit Suisse, reconoció públicamente que tenía una «mayor exposición individual en su categoría de deuda privada» de 606 millones de francos suizos (628 millones de euros), relacionada con tres préstamos otorgados a un consorcio europeo. El banco aseguró que estaba en proceso de reestructuración a largo plazo y que contaba con garantías vinculadas a negocios inmobiliarios, comerciales y de lujo.

 

Aunque el banco no reveló el nombre del consorcio, los medios suizos apuntaron a que se trataba de Signa, el conglomerado del magnate austriaco René Benko, uno de los más ricos de su país, que tiene inversiones en el sector inmobiliario y minorista. Según el diario Blick, Signa tiene una deuda total de 13.000 millones de euros y su división inmobiliaria alemana se declaró en quiebra el 24 de noviembre.

Julius Baer habría financiado la compra de la cadena minorista suiza Globus por parte de Benko, en asociación con un grupo tailandés, con tres préstamos de unos 200 millones de francos cada uno, lo que supone un riesgo enorme para el banco, según los analistas. El anuncio de esta exposición provocó que las acciones del banco cayeran un 13% en un solo día, su mayor caída desde 2020.

Clientes venezolanos y rusos bajo la lupa

Julius Baer también ha estado en el centro de varias controversias en los últimos años por sus relaciones con clientes venezolanos y rusos, algunos de ellos sancionados o investigados por casos de corrupción y lavado de dinero.

En 2020, la Autoridad de Supervisión del Mercado Financiero de Suiza (Finma) impuso medidas restrictivas al banco Julius Baer después de determinar que permitió el lavado de dinero proveniente del holding Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA). Un asesor de Julius Baer manejó clientes venezolanos entre 2016 y 2017 que cosecharon millones de dólares en bonos y otros tipos de pagos, a pesar de que había posibles irregularidades relacionadas con la corrupción.

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En 2018, el banco decidió terminar su relación con cientos de clientes venezolanos con patrimonios inferiores a los 1,5 millones de dólares, pero mantuvo la relación con los clientes que acumulaban fortunas superiores a los 20 millones de dólares. Julius Baer decidió en 2016 que realizaría una revisión interna del caso Pdvsa, pero esto se retrasó por casi 17 meses. Cuando Finma interrogó al banco sobre el alcance de sus relaciones comerciales que tenían una conexión con Pdvsa al comienzo de las investigaciones, sus respuestas fueron incompletas.

El escándalo "Pdvsa-cripto", destapado en 2023, tuvo como primer protagonista las multimillonarias transacciones con monedas virtuales, esencialmente para evadir las sanciones de Estados Unidos y continuar comercializando el vilipendiado crudo venezolano. Además de decenas de criptocuentas, los implicados en la trama movilizaron millones en pagos y sobornos usando diversas vías, incluyendo empresas de fachada y bancos en Suiza, Rusia y en el Medio Oriente, y maletines llenos de efectivo.

Desde 2014, Julius Baer facilitó su estructura financiera para operaciones de lavado de dinero vinculadas a Pdvsa. El representante de Julius Baer en Caracas, el suizo Matthias Krull, desempeñó durante varios años un papel clave en las finanzas de la élite chavista hasta que fue detenido en 2018 en el aeropuerto de Miami, el mismo año en que Michael Baer decide separarse del grupo para formar tienda aparte. A partir de entonces, Krull se convirtió en un testigo estrella y reveló detalles desconocidos de cómo Julius Baer facilitó transacciones de centenares de millones de dólares de la corrupción para favorecer las finanzas personales de altos líderes del Chavismo.

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MBaer Merchant Bank es un banco fundado en Zürich en 2018, aunque su fundador pertenece a una vieja dinastía de banqueros con una trayectoria particularmente polémica en lo que se refiere a Pdvsa y Venezuela. La entidad fue fundada por Michael Baer, que en el pasado fue un alto ejecutivo del banco Julius Baer, también con sede en Zürich, y es uno de los bisnietos de Julius Baer, que fundó la dinastía bancaria suiza en 1901. Michael Baer se separó de Julius Baer para fundar MBaer Merchant Bank, precisamente cuando el banco familiar atravesaba por uno de sus peores momentos.

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Por otro lado, el banco Julius Baer también ha sido criticado por aceptar depósitos de ciudadanos rusos, algunos de ellos vinculados a la guerra en Ucrania, a pesar de las restricciones impuestas por Suiza y otros países occidentales. Una investigación del grupo de medios de comunicación Tamedia reveló que la hija y la pareja de Alexander Ponomarenko, director de Mosvodokanal, empresa que abastece de agua potable la aglomeración de Moscú, depositaron "millones en Suiza, incluso después de comenzar la guerra".

Según la investigación, la hija de Ponomarenko abrió una cuenta en el banco Reyl en Zúrich, en la que se ingresó "poco después" un monto de "9,5 millones de dólares", en junio de 2022, cuando la ONU denunciaba las atrocidades contra los civiles en Mariupol. En noviembre de 2022, su pareja poseía cerca de "26 millones de dólares en Julius Baer, y 4,5 millones en el banco Pictet".

Sin embargo, en marzo de 2022 Suiza había prohibido a sus bancos aceptar depósitos de más de 100.000 francos suizos (110.000 dólares) provenientes de ciudadanos rusos. Varios bancos, entre ellos Julius Baer, anunciaron incluso separarse de sus clientes rusos. Pero estas restricciones pueden evitarse fácilmente, utilizando por ejemplo "pasaportes dorados". La pareja y la hija de Ponomarenko disponen de un pasaporte o permiso de residencia en un país de la Unión Europea (UE), lo que les permite no ser "considerados como clientes 'de Rusia'".

Aunque Ponomarenko no está entre los rusos sancionados por los aliados de Ucrania, "la hija y la pareja del director de una empresa pública son personas políticamente expuestas" y por tanto "clientes de alto riesgo", declaró al grupo Tamedia Gretta Fenner, directora del Basel Institute on Governance, que ayuda a los gobiernos a localizar activos ilegales.

Contactado por la agencia de noticias AFP, el banco Julius Baer aseguró que respeta "todas las leyes y regulaciones aplicables", pero no quiso comentar las relaciones con sus "presuntos o actuales clientes". Reyl también dijo que cumplía las normas, y Pictet invocó el derecho suizo que prohíbe toda declaración sobre sus relaciones bancarias existentes o no.

Suiza es regularmente criticada, especialmente por Estados Unidos, por su política de secreto bancario, que permite a los clientes ocultar sus activos financieros a las autoridades fiscales de sus países de origen. Sin embargo, Suiza ha firmado acuerdos de intercambio de información con más de 100 países, incluido Estados Unidos, y ha adoptado medidas para combatir el lavado de dinero y la evasión fiscal.




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