Citgo Petroleum Corp, la refinería estadounidense propiedad de Venezuela, podría ser subastada para saldar las deudas del país sudamericano con varias empresas extranjeras que fueron expropiadas por el régimen de Hugo Chávez. Un juez en EEUU ha autorizado a la matriz de Citgo a reemitir un certificado de acciones que se había extraviado y que es necesario para llevar a cabo la venta.
Un bono de 10.000 dólares para reemplazar el certificado perdido
El certificado oficial de 1.000 acciones de PDV Holding Inc, la matriz directa de Citgo en EE UU, se había perdido o destruido, según reconoció el juez Paul Fioravanti, del Tribunal de Cancillería de Delaware, en una sentencia de 45 páginas. El magistrado consideró que no había duda sobre la propiedad de las acciones y que no era necesario exigir una fianza de miles de millones de dólares para cubrir la reemisión, como había solicitado Petróleos de Venezuela SA (Pdvsa), la última propietaria de Citgo. «El tribunal concluye que un bono nominal no garantizado es apropiado», escribió Fioravanti.
Horacio Medina, miembro de la oposición política venezolana y jefe de la junta ad-hoc que supervisa las unidades extranjeras de Pdvsa, dijo el martes 18 de noviembre que la petrolera colocaría un bono de 10.000 dólares, siempre y cuando los reguladores estadounidenses diesen su consentimiento.
Una subasta multimillonaria para saldar las deudas de Venezuela
La subasta de Citgo podría recaudar unos 14.000 millones de dólares para cubrir los laudos arbitrales emitidos contra Venezuela, así como otras reclamaciones derivadas de una oleada de nacionalizaciones iniciada por el fallecido presidente Hugo Chávez en la década de 2000. Hay un plazo hasta enero para presentar ofertas formales como parte de un juicio federal en Delaware que pretende hacer cumplir los laudos arbitrales.
La primera en la fila para recibir una buena parte de los fondos de la subasta es Crystallex International Corp, una empresa minera canadiense cuyos derechos sobre el yacimiento de oro de Las Cristinas fueron expropiados por Chávez. Un panel de arbitraje del Banco Mundial determinó en 2016 que Venezuela debía a Crystallex 1.400 millones de dólares. Venezuela ha pagado una parte, pero Crystallex sigue intentando recuperar unos 1.000 millones de dólares.
Otras empresas extranjeras desplazadas de Venezuela son Siemens AG, ConocoPhillips y ExxonMobil Corp. En 2007 se expropiaron dos proyectos petrolíferos de Exxon, que ahora pretende que se le reconozcan 984 millones de dólares en reclamaciones.
Un proceso de venta largo y complejo
La subasta de Citgo comenzó en octubre de 2023, cuando se distribuyó material de marketing a los posibles compradores, dando inicio al proceso de licitación. Se espera que la venta se concrete el 6 de junio de 2024, fecha en la que se adjudicarán las acciones de PDV Holding Inc, la empresa matriz de Citgo, al mejor postor, según Bloomberg.
El proceso de venta ha sido ordenado por un juez estadounidense, Leonard Stark, que ha establecido una serie de requisitos que los acreedores deben cumplir para participar en la subasta. Más de 20 demandantes han presentado solicitudes de indemnización, que suman unos 20.000 millones de dólares. Entre ellos se encuentran tenedores de bonos, prestamistas comerciales y empresas que fueron despojadas de sus activos por el gobierno venezolano.
El único acreedor que ha completado todos los requisitos es la minera canadiense Crystallex International Corp, que ganó un laudo de 1.200 millones de dólares contra Venezuela. El resto de los acreedores aún tiene que superar algunos obstáculos legales, incluyendo el recurso de Venezuela, que ha tratado de impedir la venta de Citgo.
Un activo protegido por las sanciones de EE.UU.
Citgo había estado protegida por las sanciones de EE.UU. contra Venezuela, que impedían a los acreedores embargar la refinería. Sin embargo, en mayo de 2023, Washington señaló que no se interpondría en el camino de la venta ordenada por el tribunal ni tomaría medidas contra las empresas participantes en el proceso. Esto reforzó el optimismo de los acreedores, que ven en Citgo una oportunidad de cobrar sus deudas.
Citgo ha estado controlada por la oposición venezolana desde 2019, cuando el gobierno estadounidense reconoció a Juan Guaidó como presidente legítimo del país. Los designados por Guaidó fueron entonces autorizados por EE.UU. a actuar como representantes de la compañía en los tribunales estadounidenses. La oposición, que está dividida, ha intentado resolver las reclamaciones más apremiantes, pero las negociaciones se han visto superadas por la ahora inminente venta de la empresa.
Un activo valioso y rentable
Citgo es el único activo de PDV Holding, que a su vez es propiedad de PDVSA, la empresa energética estatal venezolana. Citgo posee tres refinerías y 38 terminales de propiedad total o compartida, así como una red de unas 4.200 gasolineras. Sus activos fueron muy rentables el año pasado, ya que cada centro ganó entre 1.600 y 3.000 millones de dólares, según la consultora Wood Mackenzie.
El valor de Citgo se ha incrementado en los últimos años al dispararse los precios del crudo durante la pandemia y ahora en medio de los altos precios de la energía impulsados en parte por la guerra en Ucrania. Los expertos han valorado la empresa entre 8.100 y 23.500 millones de dólares. EMFI Securities estima que Citgo vale entre 13.300 y 14.000 millones de dólares. Citgo ha dicho que podría recurrir a su pila de efectivo de 3.000 millones de dólares para liquidar reclamaciones.
Con estas valoraciones, la venta de acciones bastaría para satisfacer al menos a los acreedores más inmediatos, incluida Crystallex. Pero Venezuela tiene unos 160.000 millones de dólares en deuda pendiente, incluyendo bonos impagados, préstamos y laudos arbitrales.
Posibles compradores interesados
La compra de Citgo podría ser una propuesta atractiva para varios compradores potenciales, que busquen ampliar sus negocios o como inversión financiera, según Jorge Piedrahita, director ejecutivo de Gear Capital Partners en Nueva York.
Empresas como Marathon Petroleum Corp. y Valero Energy Corp. estarían en el primer grupo, dijo Piedrahita, mientras que los fondos de capital riesgo podrían estar interesados por la competitividad de Citgo y su capacidad de generar efectivo. Las refinerías independientes también podrían estar interesadas.
La venta de Citgo supondría un duro golpe para Venezuela, que atraviesa una profunda crisis económica y social, con siete años de recesión y uno de los episodios de hiperinflación más largos de la historia mundial. Las exportaciones de petróleo del país, responsables de más del 90% de sus ingresos, se hundieron en medio de la mala gestión de la industria, la corrupción y las restricciones al comercio internacional.
Citgo era la joya de la corona petrolera de Venezuela, pero ahora está a punto de perderla.
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