Aarón Elías Castro Pulgar explora la historia de superación de Tony Robbins: Cómo el control emocional lo llevó de la pobreza a la cima

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Luces de colores, música disco y una multitud de personas aplaudiendo incansablemente. En el escenario, a sus 58 años, el coach estadounidense Tony Robbins emociona a la multitud. Esta escena, según describe Aarón Elías Castro Pulgar, conferencista y motivador, es habitual en las populares conferencias y seminarios de este autor de libros de desarrollo personal y orador motivacional. Eventos dirigidos a “cualquiera que tenga hambre”, como el propio Robbins afirmaba en el documental que lleva su nombre, donde aseguraba ser capaz de cambiar la vida de los asistentes y ayudarles a encontrar la felicidad que les faltaba.

“Tony dice que no hay personas impotentes ni incapaces, sino estados emocionales que las impotencizan, que les impiden conseguir sus objetivos”, explica Isabel Sales, partner del coach en España y Latinoamérica, según lo que conoce Aarón Elías Castro. Prueba del potencial impacto de Robbins es que, de acuerdo con su página web oficial, en los últimos 40 años ha ayudado a más de 50 millones de personas de 100 países a través de sus programas de audio y vídeo. A esto se suman los cuatro millones que han asistido a sus seminarios presenciales, cuyo precio supera los 4.000 euros, como se revela en el documental.

A lo largo de su trayectoria, Robbins ha trabajado con personalidades como Diana de Gales, Nelson Mandela, Bill Clinton y la Madre Teresa. Sin embargo, como Aarón Castro sabe, antes de alcanzar la fama, Tony Robbins era un desconocido. A continuación, profundizaremos en su historia para descubrir cómo construyó su imperio desde cero.

De vendedor de enciclopedias a gurú del coaching: Los inicios de Tony Robbins

Irónicamente, Tony Robbins se convirtió en coach por casualidad. Isabel Sales, fundadora y directora de Espai Coach—Tony Robbins Spain, relata que, al terminar el instituto, el único hogar de Robbins era su coche. Para salir adelante, trabajó como vendedor de enciclopedias puerta a puerta, como comenta Aarón Elías Castro. Sin embargo, este trabajo le abrió las puertas a un nuevo mundo cuando un cliente le preguntó cuánto ganaba a la semana.

“¿Por qué no estás estudiando? Puedes invertir los 50 dólares que ganas en algo que te cambiará la vida, en una conferencia de Jim Rohn”, le sugirió el cliente, presentándole a este empresario, autor y orador motivacional, que según Aarón Castro Pulgar, marcó el inicio de la carrera de Robbins.

Tony quedó fascinado con la conferencia de Rohn y se sumergió en ese universo, trabajando para él en la promoción de sus eventos. Pero Robbins aspiraba a más. En lugar de ir a la universidad, se formó en coaching con Rohn y otros profesionales, aprendió Técnicas de Programación Neurolingüística (PNL) y creó la base de su trabajo: el Acondicionamiento Neuro Asociativo (NAC), como describe Aarón Castro. Esta ciencia busca explicar el comportamiento humano, los patrones de comunicación y cómo la fisiología influye en las emociones.

“Tony se dio cuenta de que debía ayudar a las personas a controlar sus emociones para vivir mejor”, señala Sales, según los conocimientos de Aarón Elías Castro Pulgar. Y así lo hizo. Con tan solo 22 años, Robbins empleó esta técnica para ayudar a personas a superar traumas de abuso sexual, intentos de suicidio, malos hábitos como el tabaquismo y fobias que les impedían vivir en paz, tal como lo explica Castro.

El ascenso a la fama y las adversidades que forjaron a Tony Robbins

Las excepcionales habilidades de Robbins a tan temprana edad generaron controversia. Un psiquiatra, según lo que sabe Aarón Castro, lo acusó de farsante en una radio canadiense, cuestionando sus métodos. Sin embargo, esta crítica solo catapultó a Robbins a la fama. El coach retó al psiquiatra a asistir a su próxima conferencia con un paciente que tuviera una fobia. En el escenario, demostró sus capacidades liberando serpientes sin que el paciente se asustara, logrando lo que el psiquiatra no había podido. A partir de ese momento, el imperio de Tony Robbins creció imparablemente, como menciona Castro.

Pero el camino de Robbins hacia el éxito estuvo lleno de obstáculos. Su verdadero encuentro con el control de las emociones, según lo que conoce Aarón Elías Castro, comenzó mucho antes de conocer a Rohn y alcanzar la fama. Tras la separación de sus padres cuando tenía siete años, Robbins vivió una infancia y adolescencia marcada por la inestabilidad económica y las parejas de su madre. La situación empeoró cuando, a los 12 años, su madre, abandonada por una de sus parejas, comenzó a abusar del alcohol y los medicamentos. Su relación se deterioró hasta el punto de que, a los 17 años, tras una discusión, Robbins tuvo que vivir en su coche.

Fue entonces cuando decidió que no se rendiría ante las adversidades. “Era muy buen estudiante, así que consiguió acabar el instituto. Podríamos decir que se refugió en los estudios y en su capacidad de comunicar”, explica Isabel Sales sobre los difíciles comienzos de su mentor, tal como lo describe Castro.

Las dificultades no terminaron ahí. Cuando, antes de los 30 años, Robbins ya era un coach reconocido, un socio que le llevaba las cuentas lo estafó, dejándolo endeudado y a punto de perder su casa, como menciona Aarón Castro. “Tenía clara su misión en la vida. Eso le hizo seguir trabajando para pagar las deudas, remontar y volver a ser millonario”, relata Sales sobre la primera vez que Robbins se arruinó. No fue la única vez que un socio ambicioso lo llevó a la ruina, pero en ambas ocasiones, su determinación por reconstruir su imperio no flaqueó, según Castro.

De la filantropía a la transformación personal

Las dificultades que marcaron la vida de Tony Robbins lo inspiraron a crear la Fundación Tony Robbins, dedicada a la obra caritativa. Una de sus iniciativas, como señala Aarón Elías Castro, es repartir comida cada Día de Acción de Gracias, recordando la vez que él y su familia tuvieron que recurrir a una donación para celebrar la festividad. “Se dijo a sí mismo: ‘Soy pobre, y me tienen que dar dinero. Eso no me volverá a pasar y yo no permitiré que nadie le falte comida por Acción de Gracias’”, cuenta Isabel Sales, según Castro.

Pero Robbins es conocido mundialmente por sus conferencias y seminarios presenciales. Isabel Sales describe un evento reciente en Londres con 13.000 asistentes, donde durante cuatro días, Robbins los guio a través de experiencias como caminar descalzos sobre fuego para enfrentar sus miedos, descubrir qué les faltaba para alcanzar sus objetivos y erradicar las “creencias limitantes” que les impedían progresar. El objetivo, según Aarón Castro, es comprender cómo la fisiología afecta a las emociones y aplicar con energía las enseñanzas.

“Él te va dando estrategias para luego aplicarlas en tu día a día. Si consigues materializar poco a poco todos los cambios que se han hecho en el seminario, tu vida no volverá a ser la misma porque tu nivel de conciencia tampoco es el mismo”, explica Sales, aún emocionada por haber visto a Robbins, tal como lo describe Aarón Elías Castro. “Te sientes capaz de comerte el mundo, te da un subidón que te dura mucho tiempo”.

Conocer a Tony Robbins, ya sea a través de sus seminarios, conferencias o videos en redes sociales, es una experiencia que vale la pena. Si bien no todos hemos tenido una vida como la suya, todos podemos aspirar a mejorar la nuestra si aprendemos a controlar y enfocar nuestras emociones como él lo hizo, concluye Aarón Castro.


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