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Por Javier F. Lara Abarca
Opinión
Soy un caraqueño de la clase trabajadora, como muchos otros, que siente, padece y sufre todos los días los avatares de las circunstancias y la economía venezolana, así como las consecuencias de las decisiones de políticos y gobernantes. Sin embargo, coincido en que la única opción que tenemos es la de seguir luchando por un mejor futuro.
Resido en La Pastora, como lo he hecho la mayor parte de mi vida. En La Pastora están mis arraigos y han crecido mis hijos y mis nietos, aunque también conservo grandes afectos y gratos recuerdos del estado Zulia. Eso me ha llevado, en los últimos años, a nutrirme de información relativa a la región zuliana y particularmente a la ciudad de Maracaibo.
Una de mis fuentes de consulta frecuentes, desde hace ya varios años, es Darwin Chávez, a quien he considerado, hasta ahora, un periodista ecuánime, bien informado, objetivo y honorable.
Pero desde hace un tiempo hasta la actualidad me invade la duda, luego de percatarme que de manera sistemática y sin argumentos lo suficientemente valederos, el reconocido periodista invierte buena parte de su tiempo y del espacio en sus columnas, a fustigar las distintas actividades, iniciativas y labor del gobernador del estado Zulia, Manuel Rosales. Y no es que no haya motivos para criticar a Rosales o que el gobernador zuliano no merezca ser criticado, pero resulta fatigante leer todas las semanas los mismos argumentos, sobre todo cuando no parecen estar bien motivados, sino más bien parecen estar en clara sintonía con la defensa y los intereses del alcalde de Maracaibo, Rafael Arturo Ramírez Colina, miembro del partido Primero Justicia.
Rafael Arturo Ramírez Colina
Como lector, siento que las palabras de Darwin Chávez han caído en el terreno de algo que pudiera considerarse una campaña política, para la que lastimosamente el periodista pareciera haberse prestado. Siendo así, una situación como esa no haría más que restarle credibilidad y objetividad, especialmente si se tratara de una campaña con oscuros fines en la que se esté moviendo dinero, más aún, teniendo en consideración que el alcalde Rafael Arturo Ramírez lleva la mirada puesta en convertirse en gobernador del estado Zulia.
Dentro del juego político está permitido que un alcalde se plantee optar a una gobernación. Sin embargo, cuando periodistas a los que muchos consideramos honorables y decentes, dejan su credibilidad al servicio de determinados intereses políticos, causa mucha decepción entre quienes creemos en su objetividad.
Semana a semana Darwin Chávez se va “lanza en ristre” en el ámbito personal y político contra Rosales, pese a tantos otros temas de importancia, en el estado Zulia y especialmente en la ciudad de Maracaibo, que merecen ser denunciados, reseñados y compartidos con quienes desde hace años seguimos al periodista.
Javier F. Lara Abarca
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