Por Enrique Toledo | Opinión
Vemos con estupor cómo personas que en algunos medios de comunicación daban la apariencia de ser intachables, ahora se prestan en Venezuela para defender lo indefendible y participar en la parranda de mitos y mentiras de especímenes de la peor calaña.
Hasta no hace mucho estábamos convencidos que Aporrea era un sitio web venezolano que publicaba noticias y opiniones desde una perspectiva de izquierda, pero vemos que ya no es así, pues solo hace falta consultar las fábulas del articulista Edgar Perdomo Arzola, quien se define a sí mismo como «figura publica», «analista» de «política pública» y desempleado y quien ahora se ocupa de abogar por Danny José Pascali Romero, un sujeto que se dedicaba a participar en guarimbas en Venezuela contra el chavismo y quien le entregó una casa de su propiedad al partido opositor Primero Justicia para que instalara allí su sede en la ciudad de Lechería.
Cómo creen, quienes esto leen, que en Lechería, municipio Urbaneja del estado Anzoátegui, que es uno de los municipios más opositores de toda Venezuela y que durante varios años fue gobernado por el partido Primero Justicia, el mentiroso compulsivo Danny Pascali Romero fuera capaz en el año 2013 de paralizar un procedimiento de la policía municipal, dándole manotazos a las patrullas de Poliurbaneja, empujando a una funcionaria, amenazando a los policías y deteniendo el tráfico en plena vía publica, porque no le daba la gana que la policía se llevara detenido a un menor de edad, o es que acaso no es posible que un menor pueda haber incurrido en faltas penales. Imagínense si eso mismo hubiera sucedido en Miami o en cualquier otra ciudad de Estados Unidos o de otro país, donde el deber de las autoridades no esté dominado por las influencias políticas o las solidaridades automáticas. Como mínimo Pascali hubiera sido detenido por entorpecer un procedimiento policial. Todo fue grabado en video por uno de los policías que participó en el procedimiento, a quienes Pascali trató de amedrentar, sintiéndose amo y señor de Lechería y de su policía, habida cuenta de sus «amigotes» en Primero Justicia, en la alcaldía de Lechería y otras instituciones de Gobierno.
Edgar Perdomo Arzola debe de estar bien «desempleado» y bien urgido de empleo para alquilarle su pluma al mentiroso y guarimbero Danny Pascali Romero y hacerse cómplice de semejante sinvergüenza. Porque nadie en su sano juicio se ocuparía de defender ad honórem a un sujeto con una riqueza inexplicable, que coincide con la época en la que su tío, el exdiputado opositor Jacinto Romero Luna, fue alcalde de Anaco, municipio en donde Romero Luna solo dejó la pestilencia de la corrupción.
En vez de dedicarse a escribir ridiculeces y repetir las manipulaciones y mentiras de Pascali, Edgar Perdomo Arzola debería explicar en sus artículos cómo fue que Danny Pascali Romero se hizo rico de la noche a la mañana, por qué Pascali Romero y su tío Jacinto Romero Luna fueron denunciados en el año 2014 en Venezuela ante la Contraloría General de la República y la Fiscalía General, en documentos de entonces donde claramente se lee:
«El señor Jacinto Romero Luna, fue alcalde de Anaco, en su gestión como Alcalde cometió una serie de hechos ilícitos, y donde se puede verificar que tiene sendas denuncias por malversación de fondos, por emitir cheques, por un monto aproximado a los cinco millones de bolívares fuertes, sin contar con la disponibilidad presupuestaria, ni financiera, y eso puede ser corroborado por los medios de comunicación social tanto electrónicos como impresos.
El actual Alcalde de Anaco Francisco Solorzano, expresó en su oportunidad: «Esta es la primera de las irregularidades que ha sido comprobada desde que asumiera como alcalde de este municipio y que coloca en evidencia la gestión ineficiente y corrupta del ex alcalde, hemos tomado un tiempo específico para hacer todas las averiguaciones correspondientes, para revisar muy bien todos los expedientes y obtuvimos el primer resultado que demuestra que la gestión anterior incurrió en presuntos hechos de malversación de fondos por sobregiro de presupuesto»
Es el caso que el ciudadano: DANNY JOSÉ PASCALI ROMERO, Venezolano, de profesión u oficio Ingeniero Civil, mayor de edad, y titular de la cédula de identidad número 9.819.584, quien es sobrino del ciudadano Jacinto Romero Luna, y actualmente es diputado a la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, el mismo se encuentra involucrado en múltiples hechos de corrupción, y en varias oportunidades ha manifestado que a él no le pasara…»
Que explique Edgar Perdomo Arzola en Aporrea, porqué su jefe Pascali «Pinocho» Romero deambulaba por la ciudad de Lechería diciendo ser testaferro del exgobernador chavista Jorge Luis García Carneiro, amigo de dirigentes nacionales del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y asegurando tener grandes amigos en la Casa Militar, en el Palacio de Miraflores y otras instituciones. O es que con todas esas mentiras Pascali conseguía favores. ¿Cómo era que Pascali practicaba desalojos arbitrarios y ganaba juicios en tribunales en los que tenía todas las de perder?
Que explique Perdomo cómo es que personas a las que el luego Pascali acusó de ser supuestos «extorsionadores», fueron antes utilizadas por su jefe guarimbero para que se hicieran eco y publicaran las denuncias de Pascali en contra de aquellos quienes consideraba perjudicaban sus negocios. Si ese patrón se repite, entonces el próximo en ser acusado de extorsión por Pascali será el propio Perdomo.
Que cuente Perdomo por qué a Pascali lo sometieron a juicio por extorsión; porque eso de decir que fue absuelto porque no se le pudo comprobar nada no convence a nadie, menos en unos tribunales que han permitido que personas que han cometido diferentes delitos de gravedad estén hoy libres y nunca hayan cumplido su condena. Pero todavía menos cuando en medio del juicio se estuvo rumorando que Pascali estaba supuestamente vendiendo algunas propiedades para comprar su absolución. Si el juicio contra Pascali hubiese sido trasladado a otra jurisdicción, probablemente hoy no estaría en libertad.
Solo a un delirante y mentiroso compulsivo, con aires de grandeza, como Pascali, se le ocurriría decir que interpondrá denuncias ante empresas tecnológicas por estar siendo supuestamente extorsionado, estableciendo inexistentes relaciones. Porqué si tantas son las pruebas, el guarimbero no las ha llevado a las autoridades, pues sino quienes estarían incurriendo entonces en delitos de injuria y calumnia son Pascali y su subordinado Perdomo.
Se ha vuelto común que bandidos, corruptos y pillos venezolanos, cuando se ven desenmascarados en sus fechorías, apelen al manipulador discurso de estar siendo supuestamente extorsionados.
La Real Academia Española (RAE) define la extorsión como una «presión que se ejerce sobre alguien mediante amenazas para obligarlo a actuar de determinada manera y obtener así dinero u otro beneficio». Bajo esa óptica, entonces Pascali «extorsionó», con amenazas, a policías de Lechería, beneficiándose en que no practicaran una detención. Pero cuál ha sido ese dinero o esos beneficios que Pascali les ha dado a otros a los que acusa de «extorsión». Dónde están las pruebas de eso que Pascali ha entregado. Porque es muy fácil decirse extorsionado sin presentar pruebas para tratar de lavarse la cara. Y por qué es que Pascali repite tanto eso de la «extorsión» ¿o es que es él el extorsionador?
Edgar Perdomo Arzola se declara convencido en que está dándole «palo» a «pseudo-periodistas». ¡Compadre!, el colmo del ridículo es no saber cuando se está haciendo el ridículo. Lo único a lo que usted le está dando «palo» es a su propia credibilidad, al ocuparse de defender a un sinvergüenza del que muchos de sus, en el pasado socios, clientes, empleados y amigos, recuerdan como uno de los seres más ruines que puedan alguna vez haber conocido en su vida. Favor que le hace al planeta con sus complacientes artículos en Aporrea para que el mundo conozca quién es ese «mierda» que usted tanto defiende.
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