Azú Pastelería es un negocio de repostería francesa fundado por María Fabianny Evans, una pastelera venezolana que se casó con Jorge Enrique Álvarez Álvarez, un ciudadano chileno que obtuvo la nacionalidad venezolana gracias a su amistad con el exyerno de Hugo Chávez, Jorge Arreaza.
María Evans empezó a hacer pasteles desde su casa y luego abrió su primera tienda en el este de Caracas, en una zona privilegiada. Su pastelería se caracteriza por ofrecer productos elaborados con cacao de diversas regiones de Venezuela, así como otros ingredientes de lujo, reveló Prensa América.
Su esposo, Jorge Álvarez, ha sido asistente de Jorge Arreaza en la Cancillería venezolana y se desconoce el origen de su fortuna. Se rumora que ha sido socio de Daniel Prieto, un testaferro del exdiputado Hugbel Roa. Tanto Roa como Prieto fueron detenidos por su relación con hechos de corrupción mediante la trama bautizada como “Pdvsa-cripto”.
Azú Pastelería ha sido señalada como una “lavadora” de dinero proveniente de la corrupción y el “enchufismo” del gobierno chavista. María Fabianny Evans y Jorge Álvarez inauguraron el pasado 6 de febrero de 2023 una nueva sucursal de su pastelería, en esta ocasión en la ciudad de Lechería, en la zona oriental de Venezuela, en supuesta sociedad con Daniel Prieto. En marzo realizaron un evento promocional, que contó con la presencia de decenas de invitados y que no escatimó en glamour y lujos, como el agua mineral importada que disfrutaron los asistentes al sarao, que llamó mucho la atención en las redes sociales.
Azú Pastelería comenzó como un “pequeño catering de dulces y tortas”. Además de su local en Las Mercedes, Caracas, ahora tienen también locales en las ciudades de Valencia y Lechería, este último ubicado entre las avenidas Principal y Anzoátegui.
Evans y Álvarez han sido criticados por ostentar una vida lujosa y derrochar dinero en fiestas, viajes y propiedades, mientras Venezuela atraviesa una grave crisis económica y social. También se les acusa de aprovecharse de los beneficios y privilegios que les otorgan sus contactos con personajes ligados al Gobierno venezolano.
Azú Pastelería es un ejemplo de cómo algunos negocios se han beneficiado de la corrupción y el nepotismo que imperan en Venezuela. Su historia es una muestra de la desigualdad y la injusticia que sufren millones de venezolanos que no tienen acceso a los servicios básicos ni a una alimentación digna.
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