Poco antes de enterarse que su hijo de tres años había muerto, Karim Rodríguez había sentido una terrible sensación de angustia recorrer su cuerpo. Había tratado de contactar al padre del niño en varias ocasiones, pero éste no aparecía.
Después, cuando ya acompañada por la policía derribaron la puerta de la vivienda de su ex pareja en Coconut Grove, encontró que su hijo estaba muerto, asesinado de múltiples tiros por su propio padre, el ex empresario venezolano José Manuel González Testino, quien estaba por ser sentenciado en Houston por su participación en un esquema de corrupción con fondos de Petróleos de Venezuela, PDVSA.
“Perdí todo, mi ilusión, mi motor, mi vida”, dijo Rodríguez. “Es como si me hubieran arrancado el alma del cuerpo”.
Rodriguez, quien dice haber sido víctima de violencia doméstica antes de separarse de su ex esposo, se pronunció sobre la tragedia en una página de Gofundme, donde pide ayuda para enfrentar los terribles eventos que ocurrieron a inicios de marzo cuando González Testino se encerró en su vivienda para quitarse la vida, matando primero al niño, reveló Antonio María Delgado en El Nuevo Herald.
La muerte de González Testino despertó una serie de rumores dentro de la comunidad venezolana en el Sur de Florida, en medio de especulaciones de que había sido asesinado por sus socios para que no divulgara los secretos que pudieran implicarles ante las autoridades.
Pero esas versiones han sido descartadas de plano por los investigadores de la polícia de Miami Dade, quienes aseguran que la ubicación del arma y el sistema de seguridad de la vivienda respaldan plenamente la tesis de que Rodríguez se suicidó.
González Testino, de 53 años, se había declarado culpable de pagar sobornos a funcionarios de PDVSA para asegurar contratos de energía y logística. En enero, el empresario había acordado ceder $14 millones como parte de un arreglo extrajudicial con las autoridades y tenía previsto recibir su sentencia el 24 de marzo.
Rodriguéz, quien se había separado de González Testino en octubre, mantenía con él un arreglo de visitas compartidas con el niño, pero dijo en su relato de Gofundme que el matrimonio entre ambos había sido difícil.
“Fui víctima de violencia doméstica de todos los tipos existentes y, aunque le denuncié una vez en el 2021, su manipulación, su habilidad con la palabra, me hizo creerle y retirar la denuncia”, dijo.
“No, no me voy a justificar, pero hay que vivir una situación así para poder entender lo difícil que es estar con un narcisista, manipulador y amenazante como él. Y, aunque ya no estábamos juntos, me seguía manipulando, no me permitía trabajar, me dejó sin dinero, sin vivienda, sin nada material más que deudas y sin el regalo más grande que la vida me había dado que era mi hijo, mi nene, mi milagro”, agregó.
Pese al maltrato, Rodriguez dijo que ella nunca pensó que González Testino pudiera atentar contra su propio hijo.
Y aún así, Rodriguéz comenzó a intuir que algo no andaba bien en la tarde del primero de marzo, cuando debía encontrarse con el niño y el padre en un campo de fútbol donde el pequeño recibía clases. El padre no aparecía ni respondía las llamadas y los mensajes de texto que le había enviado.
Angustiada, se dirigió hasta su casa, pero allí tampoco respondía al llamado de la puerta pese a que tenía puesta música a todo volumen.
“Finalmente llegó un familiar del padre de mi hijo, llegó la policía, pero nadie quería forzar la puerta… luego de algunos largos minutos… rompí un vidrio de la puerta para meter la mano y abrir desde adentro…no funcionó, él había quitado la perilla de la puerta”, relató Rodríguez.
“Logramos derribarla… entré directo al cuarto en el que solía dormir mi nene…. Y ahí estaba mi hijo sin vida…. Le pido a Dios que algún día esa imagen se borre de mis recuerdos…. No hay forma de expresar el dolor y vacío que sentí, que siento y que sé que sentiré el resto de mi vida”, agregó.
Rodríguez dijo que ha decidido abandonar la ciudad, donde todo le “trae recuerdos acompañados de dolor y tristeza”, y que ha recibido ayuda de los padres de González Testino, pero que ahora necesita ayuda para tratar de rehacer su vida.
“No sé cuál es el propósito que tengo en la vida y para qué estoy viviendo esto. Por ahora solo sé que mi nene vino a salvarme y a enseñarme muchas cosas”, dijo. “Me enseñó lo que es ser amada verdadera y genuinamente, a no permitir abusos a nadie, a sentirme orgullosa de quien soy y a reencontrarme conmigo misma”.
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