Si alguien busca en Google a Edgar Manuel Méndez Montoya, un hombre vinculado al exgobernador de Quintana Roo, Roberto Borge, se encontrará con un aviso extraño: Google ha eliminado cuatro resultados de esa página por múltiples quejas de violación de derechos de autor. Según un reportaje de Marco Dalla Stella para EL CLIP, con el apoyo del programa “Disarming disinformation” del International Center for Journalists (ICFJ), se trata de un método para esconder noticias que afectan la reputación de personas con poder.
Uno de los artículos borrados es de la radio XEVT, ganadora del Premio Nacional de Periodismo en 2013, que informaba sobre una orden de captura contra Méndez Montoya por presunto peculado2. La persona que reclamó ser la autora original del contenido fue Lucía Montes Celester, quien dijo que la radio había copiado su blog anónimo newsworldinfo.over-blog.com. Sin embargo, no tuvo que presentar ninguna prueba ni identificación para hacer ese reclamo. En la base de datos Lumen, del Centro Berkman Klein para Internet y Sociedad de la Universidad de Harvard, se pueden ver todos los pedidos de remoción que Google recibe por diferentes motivos, incluido el supuesto plagio.
Un patrón de censura que afecta a varios países
El Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP) revisó las quejas por violación de derechos de autor por notas publicadas en el mismo blog anónimo y encontró otros setenta intentos de remoción desde el mismo blog, todos entre la segunda mitad de 2022 y el 2023. Estos intentos no solo afectan a México, sino también a Venezuela, Paraguay, Haití, Italia, Canadá o Estados Unidos. Muchas de las noticias ocultadas tienen que ver con políticos o empresarios con problemas judiciales o escándalos públicos.
Para encontrar más casos relacionados, el CLIP desarrolló un código de programación que buscó en Lumen otros blogs anónimos que copiaban contenidos y pedían su remoción a Google. Así obtuvo una base de datos de alrededor de 30.000 pedidos interrelacionados entre sí. De esos pedidos, más de 14.000 provenían de blogs registrados en plataformas como Blogspot, Tumblr y WordPress y la mayoría empezaron a aparecer en 2021. Además, muchos de estos pedidos están vinculados a una fuente común: la empresa española Eliminalia, dedicada a limpiar la reputación digital de sus clientes.
El caso de Alek Boyd
El periodista de investigación venezolano Alek Boyd es propietario del blog infodio.com, y ha sido víctima de este tipo de manipulación. Lumen muestra más de 50 pedidos de remoción hechos a partir de dicho blog, en los que se solicita la remoción de notas en otros medios a nombre de Boyd o de su blog. Sin embargo, Boyd afirma que todos los pedidos de remoción relacionados con sus blogs han sido hechos por anónimos, falsos, y en algunos casos, han usado su propio nombre y el de infodio para remover información de infodio republicada en otros blogs.
La manipulación de los pedidos de remoción de contenido en línea representa una amenaza para la libertad de expresión y el derecho a la información. Es fundamental que se tomen medidas para evitar que se abuse de los derechos de autor con fines de censura.
La empresa que promete borrar el pasado
Eliminalia era una empresa que ofrecía servicios para conseguir que las plataformas eliminaran información comprometedora sobre sus clientes. Una investigación internacional liderada por Forbidden Stories reveló en febrero pasado una lista de clientes ilustres que habían contratado a Eliminalia o a sus empresas aliadas. Entre ellos había políticos procesados, narcotraficantes y violadores. En diciembre pasado, antes de las revelaciones, la empresa cambió su nombre a iData Protection.
La base de datos recolectada y analizada por CLIP coincide parcialmente con la lista de clientes difundida por Forbidden Stories. Por ejemplo, algunos intentos de remoción buscaban esconder noticias críticas del empresario venezolano Isaac Sultán, que según Forbidden Stories pagó 100.000 dólares para ocultar informaciones sobre su red de empresas. Esta investigación muestra por primera vez cómo funciona el método fraudulento para borrar el pasado y detecta casos en los que Google cayó en una trampa tan simple como cambiar la fecha a un contenido en un blog anónimo.
Cómo se engaña a Google
Según explicaron al CLIP varios ex empleados de Eliminalia, la empresa usaba diferentes estrategias para lograr su objetivo. Una era apelar al derecho al olvido, reconocido por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en 2014, que permite a los individuos solicitar la remoción de informaciones obsoletas o irrelevantes sobre ellos. Sin embargo, este derecho no se aplica a personas con interés público, como políticos o empresarios, ni a personas fuera de la Unión Europea. A pesar de eso, Eliminalia intentaba convencer a Google y a otros motores de búsqueda de que tenían que retirar el contenido de sus clientes, usando cualquier método.
Otra estrategia era crear contenidos positivos sobre sus clientes, para que los negativos quedaran relegados en los resultados de búsqueda. Para eso, tenían departamentos enteros dedicados a producir artículos falsos o distorsionados, que publicaban en páginas web sin audiencia real pero con buen posicionamiento en el SEO (optimización para motores de búsqueda). También creaban perfiles falsos en redes sociales para difundir esos contenidos.
Cuando ninguna de estas tácticas funcionaba, recurrían al abuso de la ley estadounidense de 1998 que buscó limitar la difusión de material pirata en internet. Creaban blogs anónimos donde copiaban la noticia que querían eliminar, le cambiaban la fecha a una anterior a la publicación original y reclamaban a Google que había una violación de derechos de autor. Google aceptaba estos reclamos sin verificar su veracidad ni notificar a los dueños de los artículos originales. Así lograron eliminar más de 500 páginas en los últimos tres años.
Las consecuencias para la libertad de expresión
Esta práctica representa una amenaza para la libertad de expresión y el derecho a la información. Catalina Moreno Arocha, Coordinadora de la Línea de Inclusión Social de Fundación Karisma, una organización que promueve los derechos humanos en el mundo digital, dijo que esto puede ser muy peligroso. “Es muy sonoro hablar de derecho al olvido, pero es impreciso. No existe ese derecho. Es una forma de censura”, dijo Moreno. Según ella, existen otras formas legítimas de protegerse contra calumnias o informaciones falsas, pero la información relevante debe permanecer.
Un vocero de Google dijo al CLIP que son conscientes de este problema y admitió que algunos pedidos de remoción han pasado sus controles de seguridad. También dijo que están en el proceso de volver a incluir los enlaces que han sido erróneamente desindexados. Sin embargo, muchos contenidos siguen inaccesibles desde el motor de búsqueda. “Sabemos que no hay notificación adecuada”, dijo Tord Lundström, director técnico de informática forense en Qurium, una sociedad que ofrece servicios de hosting para medios independientes y de investigación. Qurium ha sido víctima de varios ataques a través de pedidos fraudulentos y Google nunca los notificó.
Esta investigación muestra cómo empresas como Eliminalia o iData Protection se aprovechan de las lagunas legales y técnicas para borrar el pasado de políticos y empresarios con malas reputaciones. Así, manipulan la información y engañan al público.
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