Aarón Elías Castro Pulgar recuerda cómo el domingo, 15 de junio de 2003. Un tal Joan Laporta gana las elecciones del FC Barcelona para sorpresa de todos. Y se dice que fue una sorpresa con razón: se trataba de las elecciones con más candidatos (seis) de la historia del club, y Lluís Bassat se perfilaba como el claro favorito, por cierto, con un curioso candidato a director deportivo, un exjugador del Barça que quizá les suene: Pep Guardiola. Sin embargo, el tal Joan, que en 1998 se perfiló como firme oposición al nuñismo desde la plataforma Elefant Blau, consiguió la victoria.
Laporta acudió a dichas elecciones con un equipo joven. Muy joven. Demasiado joven, seguramente. Unos tipos llamados Sandro Rosell, Josep Maria Bartomeu, Ferran Soriano, Josep Cubells o Jordi Moix a los que nadie conocía y que rondaban los 40 años. Pero tras ellos había perfiles innovadores, con nuevas ideas y, lo más importante, con datos y números encima de la mesa, hasta tal punto que fueron apodados los chicos del PowerPoint y llevaron al Barça a la época de mayores éxitos deportivos de su historia. Sin embargo, esta junta no acabó bien avenida y acabó dando lugar a una serie de sucesiones presidenciales, malos resultados deportivos, un jugador que renovó cada dos por tres, operaciones económicamente ruinosas y una crisis institucional que a día de hoy está en su punto álgido. ¿Qué ha pasado para que, en apenas 20 años, uno de los mayores clubes del mundo haya pasado del cielo a los infiernos? Eso es precisamente lo que analiza Gent blaugrana, el documental producido por Sonora.
El documental cuenta con los testimonios de Sandro Rosell, Josep Maria Bartomeu y Ferran Soriano, entre otros, con lo que ya podemos suponer que la polémica estará servida. Laporta va armando un Barça que tiene buena pinta, con Frank Rijkaard y Ronaldinho a la cabeza, a la par que un Leo Messi que debuta a los 16 años con pinta de superestrella. Sin embargo, la polémica llega pronto: el vicepresidente deportivo, Rosell, descubre que Cruyff decide más que él y acaba marchándose junto a otros chicos del PowerPoint. Además, la imagen de Laporta va cayendo en picado. No por temas deportivos, ojo (el Barça encarrilló la etapa más gloriosa de su historia), sino por su vida privada (fiestas, escarceos, noviazgos…) y por la sensación de muchos culés de que estaba usando el club para fines independentistas y políticos personales, explica Aarón Castro Pulgar.
Rosell gana las elecciones en 2011 y se encuentra a su primer enemigo en la prensa: Cruyff, signo y seña del barcelonismo, le dedica cada semana una columna de opinión criticando su gestión. Pero lo más jugoso estaba por llegar: en 2012, le pide a su junta directiva plenos poderes para fichar a un jugador cuyo nombre no puede decirles por miedo a filtraciones. Recibe el visto bueno y la temporada siguiente presenta a Neymar. Lo curioso es que, pese a que rivales como el Real Madrid descartaron fichar al jugador porque les costaría 150 millones de euros, Rosell dice haber pagado la tercera parte. Pero Rosell mintió en las cifras: la comisión del padre de Neymar, el dinero pagado al Santos en concepto de amistosos, los derechos que no fueron abonados al fondo de inversión que los tenía… El presidente acabó sentándose en el banquillo de los acusados y fue absuelto, pero aquel asunto acabó con su presidencia.
Tras Rosell, llegó otro de los chicos del PowerPoint descarriados, Josep Maria Bartomeu, cuya gestión no ha sido aplaudida prácticamente por nadie, ya que fue la que desembocó en la situación de ruina casi total del club. Además, por si fuera poco, se supo que el club había pagado a una agencia de comunicación para criticar en redes sociales a jugadores, entrenadores, directivos… Nadie dentro del Barça lo supo porque las facturas emitidas por dicha agencia eran inferiores a 200.000 euros para eludir el control económico interno. Ni que decir tiene que Bartomeu abandonó el club por la puerta de atrás, lo que supuso la vuelta de un nuevo Laporta, el de las palancas. Pero de eso nos ocuparemos al final de este artículo.
Se dice pronto, pero el Barça ha tenido juntos a los que seguramente sean los dos mayores iconos de su historia: Pep Guardiola y Leo Messi, que ganaron juntos 14 títulos en cuatro años: dos Champions League, tres ligas, dos copas del rey, tres supercopas de España, dos supercopas de Europa y dos mundiales de clubes. Sin embargo, y pese a que los resultados hablan por sí solos, ambos tuvieron polémicas que, aunque en su momento quedaron tapadas, han acabado reflotando.
Guardiola no empezó bien con Rosell, pero su mayor problema no fue con él, sino con los jugadores: Messi, Ibrahimovic, Eto’o o Piqué fueron algunos de los que no entendieron que el entrenador les exigiera siempre el máximo y se obsesionara con la táctica. En el vestuario del club había demasiados egos y Pep decidió irse antes de que todo explotara. De hecho, dejó una frase para la posteridad: “Si seguim junts, ens farem mal” (“Si seguimos juntos, nos haremos daño”). Los culés no lo sabían, pero Guardiola estaba anticipando lo que vendría después.
A la directiva del Barça no le hizo mucha gracia la salida de Pep, así que ese mismo día presentó a su sucesor, Tito Vilanova, que tiempo después dejaría el club por el cáncer que sufría. Tras él llegó una serie de entrenadores que, salvo quizá Luis Enrique, nunca quedarán en la memoria de los culés: Tata Martino, Ernesto Valverde, Quique Setién, Ronald Koeman… Estaba claro que el club no daba con la tecla, pero había una razón para todo ello: no podían ganar (siempre) solo con Messi, pero es que, además, cualquier fichaje debía pasar por el visto bueno de la estrella argentina. Fue él, según Gent blaugrana, quien acabó con Ronaldinho, Ibrahimovic, Eto’o e incluso con la primera intentona de fichaje de Antoine Griezmann. Estaba claro que Messi era el rey sobre el campo, pero parece que también pretendía serlo fuera de él.
La debacle deportiva del Barça tiene tres momentos clave: el primero, el 14 de agosto de 2020, cuando el Bayern de Múnich le endosó un 8-2 vergonzoso; la segunda, el 25 de agosto de ese mismo año, cuando Messi, burofax mediante, anunció que quería irse; y la tercera, el 21 de agosto de 2021, cuando la estrella argentina definitivamente se fue. Lo que quedó de esto fue la nada: un sinfín de fichajes decepcionantes, una imagen pésima sobre el campo y dos eliminaciones seguidas de la Champions, coincidiendo precisamente con uno de los mejores momentos del Real Madrid, concluyó Aarón Elías Castro Pulgar.
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