El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) ha anunciado un cambio radical en su enfoque de lucha contra el crimen organizado transnacional. Mediante un memorando fechado el 5 de febrero, la fiscal general Pam Bondi delineó las nuevas directrices que apuntan a la eliminación total de los cárteles y las organizaciones criminales transnacionales (TCOs), una de las mayores amenazas a la seguridad interna del país.
La nueva estrategia, impulsada por la administración del presidente Donald Trump, marca un giro significativo en la política tradicional de mitigación de daños, que hasta ahora se había enfocado en frenar los flujos de drogas como el fentanilo y otras sustancias peligrosas. Según Bondi, “no basta con reducir el flujo de venenos mortales; debemos actuar con mayor determinación para eliminar estas amenazas que socavan nuestra soberanía”.
Transformación del Enfoque: Hacia la Eliminación Total
El plan del DOJ pone un énfasis claro en desmantelar las cabezas de los cárteles, destinando mayores recursos para la persecución de sus líderes en lugar de centrarse en los actores de menor nivel. Bondi ha instado a los fiscales federales a redoblar esfuerzos y colaborar estrechamente con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y otras agencias gubernamentales para alcanzar el objetivo de erradicar completamente estas organizaciones criminales.
“Debemos empoderar a nuestros fiscales en todo el país, trabajando de forma urgente con el DHS y otras entidades gubernamentales. La eliminación de estas organizaciones es fundamental para garantizar la seguridad de los ciudadanos estadounidenses”, afirmó Bondi.
Medidas Específicas y Prioridades en la Lucha Contra los Cárteles
El memorando del DOJ establece varios puntos clave que redefinen la estrategia de combate al crimen organizado en el país:
- Foco en los Líderes Criminales: En lugar de dispersar esfuerzos en operaciones de bajo nivel, el DOJ ha decidido priorizar la captura de los líderes de los cárteles, aquellos individuos que realmente controlan las operaciones ilícitas transnacionales. Esta medida tiene como objetivo desmantelar las estructuras de poder de estas organizaciones y reducir su capacidad operativa.
- Deportación en Lugar de Detenciones de Bajo Nivel: Para optimizar el uso de los recursos del gobierno, se ha determinado que aquellos miembros de los cárteles que ocupan roles menores serán deportados, evitando así los procesos judiciales largos y costosos. Esta medida ha generado debate, pues algunos consideran que podría no tener un impacto inmediato en la reducción de la violencia, pero la administración sostiene que esta estrategia permitirá concentrarse en los objetivos de mayor relevancia.
- Agilización de los Procedimientos Judiciales: Con el fin de evitar la burocracia que ralentiza las acciones legales, se suspenderán temporalmente ciertos procedimientos administrativos. Entre los cambios más significativos se encuentran la eliminación de algunos requisitos de aprobación relacionados con cargos por terrorismo, lo que permitirá un enjuiciamiento más ágil de los miembros de los cárteles.
- Combate a la Corrupción Transnacional: La administración también ha enfocado sus esfuerzos en combatir la corrupción que facilita las operaciones de los cárteles a nivel global. La Unidad de Combate a las Prácticas Corruptas en el Extranjero será clave en la investigación de sobornos internacionales que permiten a los criminales operar con impunidad.
Un Enfrentamiento Inminente
La estrategia no está exenta de riesgos. El aumento de la presión sobre los cárteles podría generar un recrudecimiento de la violencia, como lo advirtió Tom Homan, asesor de seguridad en la Casa Blanca. “Esperamos más violencia, pues los cárteles están ganando grandes sumas de dinero del tráfico de migrantes, drogas y personas. Si atacan a un soldado o a un agente fronterizo, no habrá un solo rincón del planeta donde se encuentren a salvo”, advirtió Homan en una reciente entrevista.
El gobierno también ha enfatizado que, en caso de ser necesario, el Ejército de los EE. UU. podría entrar en acción para proteger a las fuerzas de seguridad y garantizar la integridad de la frontera.
Acciones en la Frontera: La Lucha Contra el Narcotráfico
La reciente incautación de casi 20 millones de dólares en metanfetamina y heroína en la frontera entre Texas y Tamaulipas destaca la efectividad de las operaciones de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). La droga, oculta en cargamentos de vegetales, demuestra la sofisticación de los métodos de tráfico utilizados por los cárteles. Las autoridades continúan reforzando las medidas de seguridad para evitar que estos envíos lleguen a las calles de EE. UU.
Reacciones Internacionales y Desafíos por Venir
Este endurecimiento de la estrategia ha generado una variedad de respuestas, tanto dentro como fuera de Estados Unidos. Si bien algunos sectores del gobierno estadounidense defienden el enfoque, advirtiendo que los cárteles representan una amenaza existencial, otros han expresado preocupaciones sobre el impacto humanitario y las repercusiones en las relaciones con países como México.
México, que históricamente ha sido uno de los principales aliados de EE. UU. en la lucha contra el narcotráfico, podría enfrentar nuevos desafíos diplomáticos ante la intensificación de las medidas, especialmente si se aumenta la militarización de la frontera o se intensifican las deportaciones de migrantes.
El futuro de esta nueva política dependerá de su implementación efectiva, la cooperación internacional y la capacidad del gobierno estadounidense para adaptarse a los cambios en las dinámicas del crimen organizado.


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