Empresas multimillonarias ligadas a los CLAP, bodegones, y más, operadas por Yussef Abou Nassif y su familia.
En medio de la compleja red de corrupción y negocios irregulares que rodean al régimen de Nicolás Maduro, el nombre de Yussef Abou Nassif ha surgido con fuerza. Conocido por su vinculación con el fundamentalismo islámico, Abou Nassif ha logrado construir una vasta red de empresas que, desde 2017, ha recibido al menos 413 millones de dólares en contratos para el suministro de los CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción), el controvertido programa de distribución de alimentos subsidiados del gobierno venezolano.
La operación de Abou Nassif no se limita solo a los CLAP. Su red se ha expandido a otros sectores, como la apertura de bodegones, la emisión de tarjetas de pago y la venta de insumos médicos, demostrando una diversificación estratégica que le ha permitido mantener y multiplicar sus ganancias en medio de la severa crisis económica que vive Venezuela.
Pero Yussef no es el único miembro de la familia involucrado en esta red de negocios. Sus familiares, Omar Abou Nassif Sruji y Jamal Abou Nassif Smaili, han jugado un papel crucial en el crecimiento del emporio familiar. Juntos, han desarrollado un complejo entramado empresarial con intereses en compañías de construcción, servicios turísticos, bienes raíces, importadoras de alimentos y empaquetadoras, intercambiando roles de socios y directivos para mantener el control y la discreción sobre sus operaciones.
El esquema de negocios que estos empresarios han construido ha levantado sospechas y críticas tanto dentro como fuera de Venezuela, ya que su relación con el régimen de Maduro les ha permitido obtener privilegios exclusivos y contratos millonarios en un contexto de escasez y dificultades para la mayoría de la población venezolana. La situación plantea serios cuestionamientos sobre la transparencia y la legalidad de sus operaciones, así como sobre el origen de los fondos.
COMMENTS