Estiman en 19.000 millones de dólares los ingresos que pudiera percibir Venezuela en 2022 debido a la crisis en Ucrania

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El economista Alejandro Grisanti afirma que Venezuela podría experimentar un aumento de más del 100 % de los ingresos generados por la industria petrolera en 2021.

Es posible que la recuperación que ha venido experimentando la economía venezolana se consolide este año 2022. La invasión rusa en Ucrania podría servir como un catalizador para que el repunte económico sea aún mayor al de las proyecciones realizadas por los expertos a inicios de año.

 

Alejandro Grisanti, economista y socio director de Ecoanalítica, ofreció sus impresiones al respecto durante el foro “El impacto de la guerra en Ucrania sobre la economía venezolana”.

Durante el evento recordó que antes del inicio de la invasión rusa a Ucrania, Venezuela ya se dirigía a un año de números positivos. Muestra de ello es que según las propias proyecciones de Ecoanalítica, esperaban que Venezuela creciera en torno a 6,9 % durante este año y mantuviera la misma tendencia en 2023, informó Julián C. en ElDiario.com.

Grisanti apuntó que parte de este crecimiento ha sido posible gracias a que el Gobierno de Nicolás Maduro ha venido aplicando políticas que han permitido reducir las distorsiones económicas, que se exacerbaron durante la peor etapa de la hiperinflación entre los años 2017 y 2019.

Previo a la invasión, desde Ecoanalítica preveían que el crecimiento económico de este año estaría apalancado fuertemente en la industria petrolera, la cual no solamente registraría un aumento de producción, sino también del precio del barril de crudo.

Esto implicaría cerrar el año con un bombeo de petróleo de cerca de 800.000 barriles diarios, lo que representaría un alza de casi 30 %, junto con un aumento de la cotización del crudo venezolano en una magnitud similar. En conjunto, se esperaba que esto representara un aumento de más de 60 % en los ingresos de Venezuela para el cierre del año.

Grisanti apunta que este aumento en el flujo de caja de PDVSA, y a última instancia del Gobierno venezolano, ya se ha comenzado a sentir ya que ha hecho posible que, en lo que va de año, se acumulen recursos extrapresupuestarios por el orden de los 3 millardos de dólares. Aclara que esto no se ha visto reflejado en las reservas internacionales debido a que dichos recursos son manejados a discrecionalidad del Estado.

“Un signo de que el régimen se empieza a sentir un poco más holgado en su flujo de caja es el reciente decreto de incremento salarial. Que hayan subido el sueldo mínimo a 28 o 29 dólares mensuales cuando veníamos de un salario de menos de dos dólares es una muestra de un régimen que está empezando a tener mayor cantidad de recursos a su disposición”, destacó.

No obstante, el director de Ecoanalítica comentó que gran parte de las proyecciones que se habían realizado acerca de los posibles escenarios no contemplaban un evento de las características y las implicaciones de la invasión en Ucrania. Señaló que si bien las perspectivas de aumento de producción no han cambiado, la cotización del barril venezolano sí lo ha hecho, al alza.

Esto significa un mayor caudal de recursos que no estaban previstos, al punto de que podría significar más del doble de lo generado durante el año 2021 por concepto de exportaciones petroleras.

“En este escenario de algo más de holgura llega la guerra y nosotros calculamos que por lo menos vamos a tener un ajuste de precios de un 30 %, es decir que el rango de precios del barril Brent que pensábamos que estaría entre los 90 y los 95 dólares, más bien lo estamos viendo en 110 y 115 dólares. Esto hace que las exportaciones netas de petróleo, descontando las importaciones necesarias de petróleo para lo poco que se produce o se está importando de gasolina, pasen de los 8 millardos de dólares que vimos el año pasado a unos 19 millardos para este año”, indicó.

Grisanti fue enfático en considerar que es poco probable que un acercamiento entre el Gobierno de Maduro y Washington que resulte en una flexibilización de las sanciones pueda llegar a tener un impacto importante en la capacidad de producción petrolera del país.

Argumentó que debido a que las sanciones no causaron la caída de la producción del crudo, su flexibilización no puede ser vista como el motor que impulse la producción de Pdvsa.

Afirmó que en este sentido un elemento que se debe seguir muy de cerca es que lo más factible si se produce un levantamiento de las sanciones, así sea parcial, es que ocurra lo mismo con las protecciones que impiden que los acreedores de Venezuela puedan tomar control de sus activos en el extranjero. Tal es el caso de Citgo, la filial de Pdvsa en Estados Unidos que se encuentra en la mira de las personas e instituciones que sirvieron de prestamistas al país y que no han recibido el pago de su dinero.

“Hoy por hoy, la principal protección que tienen los activos venezolanos en el exterior, más allá de los errores que se hayan podido cometer en muchos de los frentes, es el resultado del proceso de sanciones que terminan protegiendo a los activos. En todo caso sería necesario que se produzca un doble movimiento, cosa que considero muy difícil, que sería una flexibilización de sanciones y la posibilidad de una orden ejecutiva que proteja los activos venezolanos”, acotó.




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