El periodista Gonzalo Guillén, a través de su cuenta en la red social X (@HELIODOPTERO), publicó el pasado sábado, 26 de octubre, información de fuentes judiciales que señalan la existencia de un sistema de interceptación ilegal operado desde las instalaciones de la antigua sede del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) en Paloquemao, Bogotá. Según estas fuentes, la embajada de Israel, tras la compra del software espía Pegasus, donó un vehículo a la Fiscalía General de la Nación. Este vehículo, apodado «Nikita», fue trasladado a las mencionadas instalaciones y, mediante tecnología satelital, permite interceptar las comunicaciones de cualquier ciudadano sin necesidad de una orden judicial.
Las fuentes judiciales consultadas por Guillén afirman que la información obtenida de forma ilegal a través de «Nikita» es utilizada por los fiscales para obtener información sobre los investigados, información que si bien no puede ser presentada ante los tribunales, les sirve para estructurar los casos.
Guillén también revela que el exfiscal general Francisco Barbosa habría informado a un grupo de fiscales sobre la adquisición de este mecanismo, asegurando que su uso estaría destinado al «bien de la ley».
“PEGASUS” y “NIKITA”
👇Mis fuentes judiciales me informan lo siguiente, de manera textual:
“La embajada de Israel después de la compra de Pegasus donó un vehículo a la @FiscaliaCol, vehículo que introdujeron en las instalaciones del antiguo DAS en Paloquemao, al que llaman:… pic.twitter.com/JRrkvMrbyl
— Gonzalo Guillén (@HELIODOPTERO) October 26, 2024
El escándalo de Pegasus y las implicaciones para la justicia colombiana
Las revelaciones de Gonzalo Guillén sobre el sistema de interceptación ilegal «Nikita» se suman al escándalo que rodea la compra del software espía Pegasus por parte de la Dirección de Inteligencia de la Policía (Dipol) durante el Gobierno de Iván Duque. El presidente Gustavo Petro ha denunciado que esta compra, realizada en efectivo y sin la debida autorización judicial, vulneró la Ley de Inteligencia y Contrainteligencia colombiana.
La posible utilización de Pegasus y «Nikita» para espiar a líderes políticos, activistas y opositores, incluyendo al propio Petro durante su campaña presidencial, ha generado una profunda preocupación en la sociedad colombiana. La falta de transparencia sobre los objetivos y el alcance de estas operaciones de espionaje plantea abre un nuevo debate sobre el respeto a los derechos humanos y el debido proceso en el país.
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