El testimonio de Milton Gerardo Revilla Soto, mayor retirado del ejército venezolano y testigo protegido en España, ha sido puesto en entredicho tras revelarse contradicciones clave en sus declaraciones sobre la supuesta presencia de miembros de ETA en Venezuela.
Revilla afirmó haber presenciado en octubre del año 2000 a los etarras José Arturo Cubillas Fontán e Iñaki de Juana Chaos cruzando el río Catatumbo en una operación encubierta, custodiada por la inteligencia militar venezolana. Sin embargo, registros judiciales verifican que De Juana Chaos se encontraba encarcelado en España desde 1987 hasta 2008, lo que hace imposible su presencia en la región en la fecha señalada.
Las inconsistencias no terminan allí. Mientras Revilla sostiene haber sido dado de baja forzosa en 2004 por orden de la guerrilla de las FARC, testimonios oficiales indican que seguía activo como asesor en el Estado Mayor hasta al menos 2005. Además, en 2010 fue detenido en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía portando dispositivos con información clasificada sobre sistemas de armas, bases militares y entrenamientos del ejército venezolano. La Fiscalía lo acusó de espionaje, y los expedientes señalan que obtuvo los datos mediante engaños a compañeros militares, alegando fines académicos.
Otro punto crítico en su historial es su ejercicio ilegal de la abogacía. Aunque litigó en tribunales desde al menos 2016, Revilla no se graduó en derecho hasta 2020. A pesar de presentarse como perseguido político, cursó sus estudios de forma regular y recibió honores académicos, colegiándose oficialmente y ejerciendo libremente como abogado en Venezuela hasta 2023.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos desestimó en 2023 su solicitud de protección, al no hallar evidencia creíble de persecución estatal en su contra.
El relato que alguna vez fue considerado una pieza clave en investigaciones transnacionales ha quedado desacreditado por documentos judiciales, contradicciones cronológicas y registros oficiales.


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