Venezolanos Francisco Malavé Hernández, Fernando Uzcátegui Boada y Luiggi Vecchione Quintero en el centro de trama de estafas en Miami de Toller Stern Financial

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Un nuevo escándalo financiero con tintes venezolanos ha estallado en la ciudad de Miami, Florida, sacudiendo a la comunidad de inversionistas y dejando al descubierto un entramado de supuestas estafas y manejos turbios. En el centro de la tormenta se encuentra Francisco Javier Malavé Hernández, hijo del exdirector de PDVSA, Gustavo Malavé Bucce, quien carga con una condena por corrupción durante su gestión en la petrolera estatal venezolana, que ocasionó un perjuicio estimado en $600 millones a la estatal energética.

Gustavo Malavé Bucce (camisa a cuadros blanca y roja)

Francisco Javier, radicado en Miami y manteniendo un bajo perfil, fue designado por su padre como garante de sus fondos antes de su captura. Sin embargo, el joven Malavé Hernández, en lugar de dedicarse al mundo empresarial legítimo, parece haber optado por un camino más oscuro, utilizando empresas de maletín y promesas de grandes ganancias para atraer a inversionistas confiados, especialmente de origen venezolano.

Fuentes consultadas revelan que Malavé Hernández tejió una red de empresas fantasmas, entre las que destacan Toller Stern Financial y JDVP Services, utilizando testaferros para ocultar su identidad y no levantar sospechas. Estas empresas se presentaban como administradoras de fondos de ahorro y planes de retiro, ofreciendo a sus clientes una seguridad y rentabilidad que luego se desvanecerían como un espejismo.

La opulencia y el alto nivel de vida que Francisco Javier y su círculo cercano exhibían, según indican las fuentes, fueron posibles gracias a las actividades ilícitas de estas empresas. La justicia, sin embargo, parece estar cerrando el cerco sobre Malavé Hernández y sus socios.

El castillo de naipes se derrumba: Toller Stern Financial, una fachada para la estafa millonaria

Entre las compañías controladas por Francisco Javier Malavé Hernández, Toller Stern Financial LLC, con sede en Miami, destaca por la magnitud del fraude perpetrado. La empresa logró amasar una fortuna de más de 5 millones de dólares, provenientes de inversionistas venezolanos que, seducidos por la promesa de jugosos dividendos, confiaron sus ahorros a esta entidad.

Francisco Javier Malavé Hernández

Sin embargo, la bonanza financiera resultó ser efímera. Los pagos de intereses prometidos por Toller Stern Financial comenzaron a retrasarse, y las excusas por parte de sus directivos se sucedían sin solución alguna. Primero, se escudaron en problemas financieros, luego, en la supuesta huida de un socio – Fernando Javier Uzcátegui Boada – con el dinero. Finalmente, en 2022, la empresa simplemente dejó de cumplir con sus compromisos, dejando a sus clientes en la incertidumbre y la ruina.

Fernando Javier Uzcátegui Boada

Ante la falta de respuestas y el incumplimiento reiterado de los contratos, algunos de los afectados decidieron llevar el caso ante la justicia. Las demandas interpuestas en los tribunales de Miami contra Toller Stern Financial destaparon un entramado aún más turbio. La empresa, lejos de asumir su responsabilidad, respondió con una estrategia legal tan audaz como inmoral: acusó a los demandantes de ser los verdaderos estafadores, presentándolos como extorsionadores que buscaban lucrarse de manera ilegítima.

Las dos direcciones conocidas de Toller Stern Financial en Miami – 1395 Brickell Ave Suite 812 (código postal 33131) y 11101 Brickell Ave South Tower piso 8 (código postal 33131) – fueron cerradas precipitadamente, según reveló ElNoticiero.net. Los responsables de la empresa, cual fantasmas, se esfumaron sin dejar rastro, llevándose consigo millones de dólares y dejando tras de sí un reguero de deudas, desesperación y sed de justicia.

Los artífices del engaño: Un entramado familiar con un largo historial de delitos

Detrás de la fachada de respetabilidad que Toller Stern Financial proyectaba se escondía una red de individuos con un pasado turbio y conexiones con el poder en Venezuela. Además de Francisco Javier Malavé Hernández, en la trama figuran nombres como Luiggi Vittorio Vecchione Quintero, Fernando Javier Uzcátegui Boada y Ricardo Guerra Farías, quienes ocupaban cargos directivos en la empresa y participaban activamente en la captación de inversionistas.

Luiggi Vittorio Vecchione Quintero

Las investigaciones revelan que Vecchione Quintero, nacido el 24/09/1980, también proviene de una familia con un oscuro prontuario. Su padre, Vittorio Vecchione Grella, es requerido por las autoridades italianas por tráfico de drogas, según consta en la notificación roja N° A-352/1-2022 emitida por la Interpol el 13 de enero de 2022.

Fernando Javier Uzcátegui Boada, nacido el 26/03/1981 ; y Ricardo Guerra Farias, nacido el 12/06/1975, completaban el equipo de Malavé Hernández. Estos individuos, utilizando un elaborado discurso y documentación falsa, se presentaban como exitosos asesores financieros con acceso a inversiones exclusivas en diversos sectores, desde hoteles de lujo en Bulgaria y Grecia hasta proyectos de energía solar, arbitraje de divisas y contratos de construcción con el estado de Florida.

Mientras tanto, Francisco Malavé Hernández busca acogerse a la figura de “asilo político” en los Estados Unidos, alegando ser víctima de persecución por la situación legal de su padre en Venezuela. Sin embargo, la justicia estadounidense parece estar más interesada en esclarecer su participación en la millonaria estafa de Toller Stern Financial, un caso que ha dejado en evidencia la fragilidad del sistema financiero y la audacia de quienes buscan enriquecerse a costa del patrimonio de personas inocentes.

La red de engaños se extiende: promesas vacías, documentos falsos y un rastro de incertidumbre

Para dar una apariencia de legitimidad a sus operaciones, Toller Stern Financial elaboró un sofisticado plan para captar a sus víctimas. Uno de sus métodos consistía en presentar un atractivo dossier, tanto en inglés como en español, que detallaba las supuestas inversiones de la empresa, incluyendo un hotel cinco estrellas en Bulgaria, empresas dedicadas a la compraventa de minerales, un proyecto hotelero en Grecia, empresas relacionadas con paneles solares, contratos de construcción con el estado de Florida y arbitraje de divisas.

Los clientes, muchos de ellos profesionales o empresarios exitosos, eran recibidos en lujosas oficinas en el área de Brickell, en Miami, un escenario cuidadosamente seleccionado para generar confianza y proyectar una imagen de solidez financiera. Las inversiones iniciales oscilaban entre los 50.000 y los 150.000 dólares, aunque algunas víctimas llegaron a entregar sumas superiores, confiando en las promesas de Malavé Hernández, quien aseguraba que «el dinero estaba totalmente asegurado». Se estima que la estafa podría ascender a los 7 millones de dólares.

Para mayor tranquilidad de los inversores, Toller Stern Financial ofrecía intereses mensuales que oscilaban entre el 3,5% y el 5%, dependiendo del contrato. Sin embargo, a partir de abril de 2022, la empresa dejó de cumplir con los pagos, iniciando una serie de comunicaciones engañosas para calmar a los clientes y ganar tiempo. Se prometieron nuevas fechas de pago que nunca se cumplieron y se inventaron excusas cada vez más inverosímiles para justificar el incumplimiento.

La situación se tornó aún más sospechosa cuando se descubrió que la supuesta filial de Toller Stern Financial en Bogotá, Colombia, no era más que una fachada: una casa abandonada que se utilizaba para dar una imagen de expansión internacional. Las peticiones de reuniones para aclarar la situación, así como los intentos de contacto con el departamento legal de la empresa, fueron ignorados sistemáticamente.

En un intento por silenciar a las víctimas y evitar acciones legales, Toller Stern Financial, que para entonces ya operaba bajo el nombre Toller Energy, ofreció a algunos inversionistas firmar un acuerdo de confidencialidad (NDA) a cambio de una supuesta propuesta de pago de la deuda. Sin embargo, muchos se negaron, considerando la propuesta como una forma de extorsión y desconfiando de las verdaderas intenciones de la empresa.

A pesar de las evidencias y las demandas en su contra, Francisco Malavé Hernández y sus socios continúan desaparecidos, mientras sus víctimas luchan por recuperar sus ahorros y obtener justicia. El caso Toller Stern Financial se suma a la larga lista de escándalos financieros que salpican a la élite venezolana en el extranjero, dejando una estela de impunidad, frustración y desconfianza.

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