Cómo Bernie Moreno y su familia se enriquecieron a costa del Estado colombiano  

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Cuando la ambición desmedida y los escándalos familiares se unen, el resultado es un político apátrida que vive a expensas del pueblo.
By Sant Ajaib (https://corrupcionaldia.com/writer/santajaibsinghji/)

La crisis diplomática entre el presidente Gustavo Petro y el de Estados Unidos, Donald Trump, originada en la deportación de colombianos que ordenó el mandatario estadounidense, escaló a tal punto que, como suele ocurrir, los seguidores de cada uno no tardaron en apoyar o atacar las posturas de su respectivo líder.


Uno de ellos fue el senador republicano de origen colombiano, Bernie Moreno, quien no dudó en tomar partido a favor de Trump y en calificar a Gustavo Petro como un “presidente socialista”, porque no se había percatado de que Donald Trump regresó a la Casa Blanca, reemplazando a Joe Biden.

“El presidente socialista de Colombia no se ha dado cuenta de que el presidente Trump no es Joe Biden”, expresó el congresista republicano junto con una imagen de los tensionantes mensajes entre ambos mandatarios.
Luego, en otra publicación, anunció que planea introducir una legislación en el Congreso de Estados Unidos para imponer nuevas sanciones a Colombia como respuesta a la negativa de aceptar la repatriación de los migrantes deportados.
“Esta semana presentaré un proyecto de ley para imponer nuevas sanciones a Colombia por negarse a permitir vuelos de repatriación de migrantes”, indicó Bernie Moreno.

Tal amenaza lo que hizo fue exasperar aún más los ánimos entre muchos colombianos, que calificaron al congresista de apátrida. Pero, además, fue la excusa perfecta para que Petro le recordara a Moreno el pasado corrupto de su familia.

Bernie Moreno, un empresario nacido en Colombia y naturalizado estadounidense, se convirtió en senador por el estado de Ohio tras vencer al demócrata Sherrod Brown en las elecciones de noviembre de 2024.
La trayectoria de Moreno, de 57 años, está marcada por su historia como inmigrante. Nacido en Bogotá, emigró a Estados Unidos en 1967 junto a su familia, cuando tenía cinco años.
Antes de incursionar en la política, Bernie Moreno construyó una destacada carrera en el sector empresarial. En 2005, fundó su primer concesionario de automóviles en Estados Unidos, un negocio que se expandió hasta convertirse en uno de los grupos de concesionarios más grandes del país.
Además, cofundó ChampTitles, una empresa tecnológica que digitaliza la emisión de títulos de propiedad vehicular, eliminando la necesidad de documentos en papel.

A pesar de su éxito en el ámbito empresarial, Moreno decidió dar un giro a su vida profesional para dedicarse a la política. Según explicó en su biografía oficial, su motivación surgió de la percepción de que los trabajadores estadounidenses han sido desatendidos por figuras políticas como Sherrod Brown y el presidente Joe Biden.

Un camaleón en política

Según fuentes de Wikipedia, Moreno se define como un populista de derecha, con una imagen de outsider. Pero Moreno, en realidad —como suele suceder con los políticos oportunistas—, ha asumido en varias oportunidades posturas contradictorias, dependiendo de su conveniencia.

Moreno ha expresado posiciones sobre los gigantes tecnológicos, como romper los monopolios a través de leyes antimonopolio y “poner fin al wokeness”. Se declara antiabortista, describiéndose como “provida absoluto. Sin excepciones”. Sin embargo, también ha expresado su apoyo a las excepciones por violación, incesto y cuando la vida de la madre esté en peligro. Apoya una prohibición federal de los abortos desde las 15 semanas. Moreno se ha opuesto a la financiación federal de Planned Parenthood, pero, al mismo tiempo, ha argumentado a favor de aumentar el acceso a la anticoncepción.

Antes de su campaña al Senado, expresó su apoyo a los derechos LGBTQ+, y su empresa patrocinó la organización de los Juegos Gay 2014 en Cleveland y Akron. En una entrevista de 2016, Moreno dio crédito a la serie de televisión Modern Family por haber cambiado sus percepciones sobre el matrimonio homosexual, y señaló que su hijo mayor era gay. Pero, nuevamente, haciendo gala de sus volteretas según su conveniencia, durante su candidatura al Senado en 2024 afirmó que los activistas de derechos LGBT estaban impulsando una agenda “radical” de “adoctrinamiento”.

En materia de inmigración, Moreno —desconociendo totalmente su origen— ha expresado su apoyo a la construcción de un muro en la frontera sur de Estados Unidos, al despliegue de personal militar en la frontera y a la designación de los cárteles mexicanos como Organizaciones Terroristas Extranjeras (OTE). Moreno también ha pedido repetidamente el fin de la ciudadanía por nacimiento, iniciativa que ya fue anunciada por su líder político.

En política exterior, Moreno ha pedido el fin del apoyo de Estados Unidos a Ucrania en la actual guerra ruso-ucraniana.

Ha expresado su apoyo a Israel y ha dicho que Israel necesita “acabar con Hamás, acabar con él como acabamos con ISIS”. Después de la Operación Inundación de Al-Aqsa, argumentó que Israel no necesita ningún financiamiento adicional de Estados Unidos.


Sus conceptos contradictorios sobre Trump

Hasta 2023, antes de ser candidato al Senado, Moreno describió a Donald Trump como un “lunático invadiendo [el Partido Republicano]” y dijo que no podía apoyar a un Partido Republicano liderado por “ese maníaco”. Durante una entrevista de radio en 2019 afirmó: “No hay ningún escenario en el que yo apoyaría a Trump”.
Más tarde, sin embargo, Moreno se convirtió en un “partidario” de Trump y ha dicho: “Llevo con honor mi respaldo al presidente Trump”.

En 2023, Moreno dijo que se deberían pagar reparaciones a los descendientes de los soldados blancos de la Guerra de Secesión que ayudaron a liberar a los esclavos.


Su corrupto hermano

Pero, ¿cómo consiguió la familia Moreno quedarse en Estados Unidos y emigrar con facilidades económicas y sociales?
Resulta que Bernie es hermano del expresidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y exembajador de Colombia en Estados Unidos, Luis Alberto Moreno.

Luis Alberto Moreno fue nombrado embajador colombiano por el expresidente Andrés Pastrana y ratificado por Álvaro Uribe. Como uno de los hombres más allegados a Pastrana, Moreno fue el responsable de la creación del Plan Colombia, mediante el cual el país recibió millonarios recursos, supuestamente para combatir la producción y el tráfico de drogas en territorio colombiano, capitaneado por los EE. UU., cosa que no sucedió.
Además, fue uno de los artífices de los desventajosos Tratados de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos, Colombia y la región andina.

Además de una vasta experiencia frente a instituciones financieras privadas, Luis Alberto Moreno ha protagonizado varios escándalos de corrupción, siendo los más sonados el del Banco del Pacífico y la venta del predio de Chambacú en Cartagena de Indias.


Robo en el Banco del Pacífico

Al frente del Banco del Pacífico del Ecuador, entre 1998 y 1999, Luis Alberto Moreno habría sido responsable de la quiebra y suspensión de pagos debido a una serie de acciones irregulares. La suspensión de pagos, que afectó a las filiales de Colombia y Miami, produjo pérdidas millonarias para los ahorristas colombianos. Sin embargo, por interferencia de Pastrana, Moreno no fue llevado ante la justicia en Colombia (a pesar de que en Ecuador aún se adelanta un proceso penal sobre el caso).

Informes de prensa de la época dan cuenta de que, el 15 de octubre de 2001, el representante a la Cámara Hernando Carvalho le dirigió a Luis Alberto Moreno, entonces embajador ante el gobierno de los Estados Unidos, una carta perentoria. En ella le decía que, según noticias publicadas en Miami, Bogotá y Quito, el congresista Ronald Andrade había presentado en Ecuador una demanda penal contra los miembros del directorio del Banco del Pacífico en los años 1998 y 1999, acusándolos de aprobar y presentar estados financieros falsos, ocultar a las autoridades la verdadera situación del banco y alterar de forma fraudulenta hechos sobre los cuales la Superintendencia del Ecuador debía estar informada.

Carvalho sostuvo que Moreno, como presidente de esa entidad bancaria para la época de los hechos denunciados, tendría que responder ante las autoridades ecuatorianas y, eventualmente, ir a prisión. Carvalho puso en evidencia al embajador.

A lo largo de la investigación, se demostró que la intención del entonces embajador había sido la de montar un emporio financiero con base en una empresa estadounidense llamada Westfear. Para ello contó con la complicidad de Luis Fernando Ramírez, entonces ministro de Defensa de Andrés Pastrana, y de Jacky Bibliowicz, el cerebro de varias operaciones destinadas a enriquecer por debajo de cuerda al “príncipe” y a sus conmilitones.

Moreno, Ramírez y Bibliowicz, actuando en nombre propio y, posiblemente, como testaferros, lograron controlar el Banco del Pacífico en el Ecuador.

En el año 1998, cuando comienza la cadena de delitos, Bibliowicz fue miembro del directorio y Moreno presidente del mismo.
El banco tenía una filial en Colombia. Moreno y Ramírez lograron entonces que la superintendente bancaria en la época de Andrés Pastrana, Sara Ordóñez, ordenara fusionarla con el Banco Andino, que estaba ilíquido, lo que llevó a que fuera intervenida. Sin importarle ese pormenor, la directora de la DIAN de la época, Fanny Kertzman, en una acción típicamente antijurídica y culpable, permitió recaudar allí las contribuciones que hicieron en esa época millones de colombianos. Con la autorización en el bolsillo, Moreno y Ramírez organizaron una campaña publicitaria en la que ofrecieron “el oro y el moro” a quien pagara en su entidad.

Lograron recaudar 110 millones de dólares, con los que se dedicaron a conceder préstamos preferenciales a los socios de las compañías en las que tenían intereses. El presidente de la junta directiva era Fernando Londoño, quien debió cohonestar la totalidad de las maniobras. Todo lo cual terminó por desfalcar a los colombianos en una suma que puede calcularse entre 35 y 36 millones de dólares.


El recordatorio de Petro

Este caso del Banco del Pacífico fue sacado a relucir en esta nueva polémica por el presidente Gustavo Petro, pues no por casualidad, siendo congresista, adelantó un debate demostrando la forma en que Moreno y sus secuaces se hicieron con miles de millones de pesos mediante la quiebra y liquidación del Banco del Pacífico.

“Me defino políticamente como un libertario de verdad, amante de la vida. Creo que hay que luchar por una democracia global. Pero debo decir públicamente que este odio que demuestra el senador Moreno contra su propio pueblo tiene que ver con mi debate que hice en el año 1999 sobre el robo del Banco del Pacífico, ubicado en Ecuador, Colombia y Panamá. Mi investigación sobre ese robo involucra familiares del senador Moreno”, señaló Petro en su cuenta de Twitter, respondiendo al congresista Bernie Moreno.

Incluso, Petro publicó en 2005 el libro El caso del Banco del Pacífico, donde relata todos los pormenores del caso y la impunidad en la que quedaron los responsables de este desfalco.


Caso Chambacú

El 14 de mayo de 1993, el entonces ministro de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, posesionó como director del Inurbe a Héctor García Romero, quien estaba interesado en los terrenos de Chambacú desde hacía varios años. Chambacú, un predio de 27 hectáreas situado frente al castillo de San Felipe, en Cartagena de Indias, no había podido ser desarrollado comercialmente por problemas de invasiones, títulos y conflictos entre entidades oficiales interesadas.

El alcalde García Romero determinó el cambio de destino del predio para permitir su desarrollo por el sector privado. La escritura que protocolizó la cesión del terreno fue firmada por el ministro Moreno en Cartagena.

Estas decisiones del Inurbe desembocaron posteriormente, cuando Moreno ya no era ministro, en una licitación para la venta del predio. La determinación del precio básico de la licitación la hizo la firma cartagenera Araújo y Segovia, de la cual es socio el padre del exministro de Desarrollo, Fernando Araújo.

A la licitación solo se presentó un consorcio de tres sociedades de Cartagena, liderado por Fernando Araújo. Tan pronto como este consorcio resultó favorecido, los socios crearon la compañía Chambacú de Indias S.A. (Chisa) para desarrollar el proyecto. A esta ingresaron como accionistas: Fernando Araújo; Héctor García Romero, exgerente del Inurbe, y su esposa Marta Abondano, exviceministra de Desarrollo; Sergio Espinosa, exgerente del Banco del Estado, y Rafael Pérez Lequerica, hijo del entonces gerente del BCH.

Es decir, montaron la licitación para poder quedarse con el negocio.
A este grupo de accionistas se sumaron el exministro Moreno y su esposa, con un 5 % de participación.

¿Por qué a Luis Alberto Moreno no se le ocurrió que su decisión de participar en una sociedad cuya supervivencia dependía de la explotación de un lote sobre el cual él mismo se había pronunciado como ministro podía meterlo en problemas?

Años atrás, el escritor colombiano Manuel Zapata Olivella había denunciado, en la década de 1960, a través de su novela Chambacú, corral de negros, el aislamiento social en el que los líderes políticos y las personas pudientes de Cartagena habían mantenido a los afrocolombianos asentados irregularmente en Chambacú.

El escándalo por lo hecho por estos altos funcionarios con Chambacú estalló el 28 de febrero de 1999, cuando el periodista Ignacio Gómez publicó un artículo en el que denunció el drama de 35 familias humildes que fueron desalojadas de los terrenos de Chambacú y enviadas a otro sector conocido como Papayal, del cual no aparecía registro catastral en el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, como si este terreno no existiera en el inventario de tierras del país.


Investigaciones

El 1 de marzo de 1999, el entonces fiscal general de la Nación, Alfonso Gómez Méndez, y el procurador general, Jaime Bernal Cuéllar, anunciaron que se abrirían indagaciones penales y disciplinarias por el caso Chambacú.
Un mes después del surgimiento del escándalo, Fernando Araújo renunció al Ministerio de Desarrollo.

El procurador también inició investigaciones por irregularidades en la Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique (Cardique), la cual era la encargada de otorgar licencias para la construcción, incluyendo las del proyecto de Chambacú.

El 6 de abril, el procurador Bernal abrió investigación preliminar contra Fernando Araújo y formuló pliego de cargos contra los exfuncionarios del Inurbe Jorge Gabriel Taboada, Samuel Eduardo Salazar Echeverri, Rómulo José Arabia Valderrama y Carlos Ordosgoitia Osorio, por considerar que había fallas en el avalúo de los terrenos.

Para el 12 de agosto se produjo una crisis ministerial en el gabinete del presidente Andrés Pastrana, y Fernando Araújo fue removido de su cargo.
Dos meses después, el 8 de septiembre, la Fiscalía llamó a declarar a Fernando Araújo y a Luis Alberto Moreno.

En marzo de 2003, mientras Fernando Araújo estaba secuestrado por las FARC, la Fiscalía lo exoneró de todos los cargos, precluyendo la investigación a favor del exministro. La decisión también favoreció a Héctor García Romero, Gabriel Antonio García Romero, Luis Hoyos García, Alfonso Enrique Anaya Lorduy y Augusto Martínez Martínez.

La investigación buscaba esclarecer supuestas irregularidades durante el proceso de comercialización de dos lotes del predio conocido como Chambacú, en Cartagena, que pertenecían al Inurbe.
“La investigación se inició para indagar si hubo posibles delitos de peculado en la venta del predio; sin embargo, se pudo establecer que el inmueble de Chambacú se vendió por un precio comercial justo y alto, teniendo en cuenta los avalúos que se presentaron”, manifestó el fiscal delegado.

En síntesis, como siempre ocurre, todos los involucrados terminaron por lavarse las manos.
El presidente de la junta, Londoño, fue luego nombrado ministro de Justicia. Moreno fue ratificado como embajador de Colombia en los Estados Unidos. La señora Ordóñez fue premiada con un ministerio del que no sabía ni pío. Y la señora Kertzman fue nombrada embajadora de Pastrana en Canadá y ratificada por su excelencia.

De esta manera fue que la familia Moreno, aprovechando sus conexiones políticas y su cargo de embajador, terminó llevándose a toda su familia a Estados Unidos, seguramente con dineros conseguidos a través de sus tramposas maniobras.

Petro, entonces, con sus respuestas, le ha recordado a Bernie Moreno los escándalos en que se vio envuelto su hermano, quien probablemente ha sido su mentor en política. Pero también que él es inmigrante; solo que, a diferencia de la gran mayoría de migrantes latinoamericanos, contó con las facilidades económicas para llegar a Estados Unidos, recursos económicos que probablemente salieron del Estado colombiano.

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