DIOSDADO APROVECHA EL MOMENTO Y CUÉNTALE A LOS VENEZOLANOS LA RELACIÓN ENTRE LOS “SOBRE-BOMBAS” Y LA MASACRE DEL AMPARO

Compartir

Por Jorge Castro

Dos cosas han sido determinantes para finalmente animarme a escribir y compartir con ustedes estas historias:

Primero: una maravillosa entrevista al genial Arturo Pérez-Reverte, que difundió días atrás RTVE y que motiva a ratificar mi vocación de periodista y narrador de historias.

Segundo: una entrevista que me impactó mucho y que pude apreciar apenas ayer, al actor y comediante venezolano Wilmer Ramírez, donde cuenta su propio proceso de aprendizaje a raíz de que le tocó emigrar, la cual corona con la frase:

“Si Dios te concede un talento, tu deber es luchar para seguir explotándolo.”


COMICIDAD

El miércoles pasado, como es costumbre para mí todas las semanas, sintonice y vi desde el principio hasta el final el mejor programa cómico de todos los tiempos en la televisión venezolana: “Con El Mazo Dando”, que modera el agudo showman Diosdado Cabello, quien hace gala de su inteligencia a través de la mordacidad y el humor negro.

Diosdado compartió con su amplia audiencia su visión en torno a la figura de Thor Leopoldo Halvorssen Hellum y los actos terroristas que estremecieron a Caracas en 1993, después de las dos intentonas golpistas que fracasaron.

En este punto, Diosdado se auto infligió varios disparos en el pie, producto del desconocimiento y la improvisación. Ese es el problema que se presenta con los hombres poderosos: a su lado nunca hay un profesional de la comunicación, culto y con dos cojones, que se atreva a advertirle cuando está diciendo una barbaridad o locura.

Vamos paso a paso, Diosdado:
El caso de los “Sobres Bomba” es uno, y el del “Coche Bomba” que explotó en el CCCT (también llamado terrorismo financiero) es otro, producido posteriormente. Los protagonistas, autores y actores son distintos.


SOBRES BOMBA

En medio de tanta ignorancia, desinformación, omisiones e intereses de los involucrados en imponer el olvido, es fácil engañar a cientos de miles de venezolanos jóvenes.

Los “Sobres Bomba” fueron ordenados por el expresidente Jaime Lusinchi, con el único interés de amedrentar a los magistrados del TSJ y lograr que se abstuvieran de emitir un dictamen judicial en su contra por hechos de corrupción cometidos durante su ejercicio como presidente de la República.

Para tal fin, usó los servicios de Henry López Sisco, comisario general que ya había sido jubilado en la extinta DISIP, donde ocupó el cargo de Director de Operaciones.

López Sisco había sufrido graves lesiones cuando iba a bordo de un helicóptero, junto a otros miembros del CEJAP (Comando Específico José Antonio Páez), que fue derribado tras un ataque de la guerrilla colombiana. Finalizaba entonces el gobierno de Lusinchi.

López Sisco no regresó nunca más a la DISIP. Una vez recuperado, meses después, ya Carlos Andrés Pérez había asumido su segundo mandato y no lo quería en la policía política.

RAMÓN RODRÍGUEZ CHACIN

Hagamos un paréntesis previo: el comandante del CEJAP era el general Humberto Antonio Camejo Arias; el segundo en jerarquía era el capitán de navío Ramón Rodríguez Chacín, y el tercero, López Sisco. Allí, estos dos últimos cultivaron vínculos amistosos que mantienen hasta hoy. Por su parte, Rodríguez Chacín continúa desempeñándose como enlace con la guerrilla colombiana.

14 pescadores asesinados, homenaje de la Masacre de El Amparo: Desamparo, por Agente Extraño
👉 https://youtu.be/EpFi0ZpCnwI

Con la complicidad de los propietarios de la empresa de encomiendas AEROCAV, se enviaron varios sobres bomba entre el 16 y el 31 de julio de 1993. El único que explotó le voló la mitad del brazo a Hugo Betancourt, quien trabajaba en el archivo ubicado en la sede del Tribunal Supremo de Justicia y era el encargado de recibir la correspondencia.

A Betancourt lo conocí años después, cuando William Izarra organizó las primeras reuniones para fundar el MVR.

López Sisco utilizó al ex explosivista de la DISIP, José Maximiliano Monsalve Planchart, un comisario antiguo que también estaba jubilado, casi en la indigencia y alcoholizado. Monsalve huyó alegando que temía por su vida, pero fue capturado el 12 de agosto de 1993, en Barinas.

Como en tantos otros casos, en la narrativa impuesta por el oficialismo se les olvida mencionar que Monsalve Planchart formó parte del CEJAP y, por lo tanto, actuó bajo las órdenes de Rodríguez Chacín y del entonces coronel José Vivas Quintero, quien posteriormente participó en la fundación del MVR y fue diputado en el Parlamento Andino.

Vivas Quintero murió en el año 2012, como consecuencia de una infección pulmonar.
Karma puro y duro!!!

Henry López se aprovechó de su ascendencia sobre quien fuera su subalterno, de su minusvalía etílica y de su estado de necesidad. Recuerdo que un mensajero que trabajaba para Henry López —quien llevó los sobres a la agencia de AEROCAV— fue condenado y más nunca lo mencionaron.

Lo vi por primera vez cuando el entonces juez Antonio José Figuera Medina les impuso la condena.

Juez Figuera Medina

Las primeras pesquisas las realizó la propia DISIP, y de manera intencional los funcionarios de la Dirección de Investigaciones casi destruyeron los rastros dactilares hallados, lo que ameritó la intervención de los funcionarios de la PTJ para poder esclarecer el caso.

“Detenido López Sisco como autor intelectual de atentados con sobres bomba a los magistrados de la Corte.”
(Tomado del Diario 2001, 14 de agosto de 1993, Nº 7.061)

El 16 de julio de 1993, un desconocido llamado Pedro Carmona envió cuatro sobres bomba a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia.
Uno de estos sobres, armado con material explosivo C-4 y dirigido a los miembros de la Sala Plena, explotó, cercenándole la mano izquierda y parte del brazo al funcionario Hugo Betancourt Zerpa.

Todos los indicios apuntaron al móvil de la intimidación, para detener el antejuicio de mérito contra el expresidente Jaime Lusinchi, referido a la adquisición de 95 jeeps con dinero de la partida secreta del Ministerio de Interior.
Estos vehículos fueron adjudicados ilegalmente al comando de campaña de Carlos Andrés Pérez, a familiares de Blanca Ibáñez y a otros particulares.

El 10 de agosto, la PTJ reveló la verdadera identidad de quienes enviaron los sobres bomba: Maximiliano Monsalve Planchart y Henry López Sisco.

Ambos funcionarios tenían un amplio prontuario criminal, entre los cuales destacaba la Masacre de El Amparo (29/10/1988), en la cual perdieron la vida 14 pescadores.
López Sisco fue el jefe del comando policial que ejecutó dicho acto criminal.

Tanto Monsalve Planchart como López Sisco fueron encarcelados, pero ni la fiscalía quiso pronunciarse acerca de la autoría intelectual.

Publicado: 26/10/2022 – 09:45 PM
Por el equipo de Redacción de “El Mazo”


MENTIRAS

La Masacre de El Amparo y otras conocidas como “Los Amparitos” fueron ejecutadas por miembros del CEJAP, cuyo comandante era el general Humberto Antonio Camejo Arias, y su lugarteniente, el capitán de navío Ramón Rodríguez Chacín.
López Sisco era el tercero en la cadena de mando.

“CARTAS-BOMBA: ¿QUIÉN FUE?”

Los temores por el futuro político, socioeconómico y fiscal que enfrenta Venezuela pasaron a segundo plano esta semana, cuando la mayor parte del país se pregunta: ¿quién es el verdadero autor de los atentados terroristas contra la Corte Suprema de Justicia, realizados en julio?
En menos de una semana, dos ex policías fueron detenidos por presunta vinculación con las cartas-bomba enviadas a magistrados de la Corte.

El agente Maximiliano Monsalve, quien se entregó voluntariamente ante la posibilidad de que se atentara contra su vida, fue identificado por los organismos policiales que conducen las investigaciones como el autor material de las cartas explosivas, una de las cuales estalló y mutiló a un empleado de la Corte.

Tras dos días de interrogatorios, Monsalve confesó que su colega y superior, Henry López Sisco, comisario retirado de la policía política DISIP, organismo que dirigió durante el gobierno del presidente socialdemócrata Jaime Lusinchi (1984-89), le instruyó para que preparara los artefactos explosivos.

“López Sisco me dijo que Lusinchi quería asustar a varios magistrados”,
dijo Monsalve al rendir indagatoria en la propia sede de la DISIP.

Pero López Sisco, conocido como “el Rambo venezolano”, en sus escuetas declaraciones negó toda vinculación con los atentados y aseguró que, cuando el caso llegara a los tribunales, quedaría demostrada su inocencia.


CLARA IDENTIFICACIÓN

En medio de confesiones y declaraciones que se contradicen, los investigadores policiales resaltan un hecho como claro: sofisticados análisis detectaron que las huellas dactilares rastreadas en las cartas-bomba son de Monsalve, y son múltiples las pruebas que lo vinculan a López Sisco.

“Sabemos quiénes han sido los autores materiales”,
dijo este lunes el ministro de la Secretaría de la Presidencia, Ramón Espinoza, al asegurar que las investigaciones continuarán hasta sus últimas consecuencias.

Pero el ministro de Justicia, Fermín Mármol León, se mostró pesimista frente a la posibilidad de que se logre determinar la verdadera autoría intelectual de los atentados.

Desde que se registró el primer atentado el 19 de julio pasado, comentaristas políticos han acusado al presidente suspendido Carlos Andrés Pérez y a Jaime Lusinchi de intentar todo tipo de presiones sobre el máximo tribunal que autorizó el enjuiciamiento de ambos.

También se les ha acusado de propiciar un clima de inestabilidad que impida la realización de los comicios presidenciales del próximo 5 de diciembre, en los cuales se prevé el descalabro de su partido Acción Democrática, de mantenerse la tendencia de rechazo registrada hasta ahora por las encuestas.

A estas especulaciones de tipo político se suman las investigaciones policiales sobre llamadas telefónicas que López Sisco realizó a Costa Rica, donde vive asilada la ex secretaria privada y actual esposa de Lusinchi, Blanca Ibáñez.

Venezuela solicitó el año pasado la extradición de Ibáñez, acusada de tráfico de influencias, pero San José descartó la petición por considerar que Ibáñez es una perseguida política.

El juicio a Lusinchi por presunta corrupción debe esperar a que el Congreso lo despoje de la inmunidad parlamentaria que ostenta como senador vitalicio.
Mientras tanto, en el caso Pérez, acusado de malversación y peculado de 17 millones de dólares, la Corte espera llegar a una decisión antes de finalizar el año.

17/08/93 — Diario El Tiempo, Colombia


MENTIRAS

  • Maximiliano Monsalve no era “agente”; era comisario antiguo, experimentado y explosivista.

  • Monsalve Planchart confiesa, entre otras cosas, porque le afecta mucho el síndrome de abstinencia.

  • Henry López nunca dirigió la DISIP.

  • Carlos Andrés Pérez nada tuvo que ver con el envío de los “sobres-bomba”.
    Un buen día, Jaime Lusinchi se presentó en el apartamento donde residía, junto a Cecilia Matos, para sumar a Pérez a su causa; pero este último ni siquiera lo recibió, porque supuestamente dormía la siesta.

La participación de Blanca Ibáñez en la autoría intelectual no fue debidamente investigada.

MANUEL HEINZ AZPURUA

A pesar de que yo formé parte de la DISIP durante la gestión de Manuel Heinz Azpúrua como Director, fue entre 1996 y 1997 cuando lo conocí personalmente, al concederme una entrevista que salió publicada en el semanario venezolano La Razón, a propósito de un asalto que realizaron a sus oficinas.

Hoy en día no me queda la menor duda de que esa acción —así como otras similares, como el asalto a las oficinas del periodista Alfredo Peña— fueron planificadas y ejecutadas bajo las órdenes de Henry López Sisco, a manera de venganza.

Rafael Rivas Ostos tenía a López Sisco como asesor, y este último ejercía una gran influencia sobre dicho general (r).

Henry siempre ha sido bocón y jactancioso. En una ocasión, durante una entrevista con Leonardo Díaz Páruta, hacía alarde —textualmente—:

“Rivas Ostos es marico y quiere que yo me lo pegue.”

En lo personal, Manuel Heinz Azpúrua era un hombre inteligente y honorable. Para llegar al fondo del caso de los “Sobres-Bomba”, Heinz fue muy astuto y audaz: designó como Director de Operaciones (cargo que antes ocupó López Sisco) a Faustino Pereira Matarraz, alias “Benito”, y se aprovechó del odio y la sed de venganza para poner tras las rejas al autor del envío y elaboración de los explosivos.

“Benito” y Henry eran compadres, pero eso no fue impedimento alguno para que este último se aprovechara, en un momento determinado, de su poder para acosar y abusar sexualmente de su esposa, quien también era su comadre y subalterna.

Ahora bien, ¿podría explicarnos Diosdado Cabello la naturaleza de esta relación amistosa?
¿Tendrá alguna idea?

La viuda de Heinz: “Cuando salí de Venezuela, oí: ‘Otra que se nos escapa.’

“La viuda de Heinz: Cuando salí de Venezuela, oí: ‘Otra que se nos escapa’”

Gran Tarajal (Fuerteventura).– Marina Boscán llegó a Fuerteventura desde Venezuela hace un año buscando tranquilidad, pero llevando a sus espaldas el ser la viuda del general Manuel Heinz, uno de los militares imputados por el “Caracazo” en 1989, y el miedo de regresar a su país, del que se despidió oyendo: “Otra que se nos escapa.”

Nacida en Caracas en 1960, a Marina Boscán el destino le puso delante a Manuel Heinz de Azpúrua, un militar de origen alemán que había ingresado en las Fuerzas Armadas Venezolanas en 1957, con un futuro por delante que lo llevaría a ocupar cargos importantes.

En febrero de 1989, miles de venezolanos salieron a las calles para iniciar una ola de protestas con las que denunciaban las medidas económicas tomadas por el recién nombrado presidente Carlos Andrés Pérez, destinadas a equilibrar la economía con la ayuda del Fondo Monetario Internacional.

El aumento de tarifas públicas y del precio de la gasolina fueron el germen de una serie de disturbios y protestas que se saldó con un número de muertos que oscila entre 300 y 3.000, en un episodio que Hugo Chávez consideró como el primer acto popular de la revolución bolivariana.

El 27 de febrero se activó el Plan Ávila, una acción militar y policial con la que se buscaba poner freno a los disturbios, habilitando a las Fuerzas Armadas para usar armas de guerra y contener a los manifestantes. Manuel Heinz ocupaba entonces el cargo de jefe del Comando Estratégico del Ejército, acantonado en Caracas.

En una entrevista con EFE, Marina recuerda aquellos momentos como “horribles, con muertes y saqueos”, y cómo su marido ya había mencionado, antes de iniciarse el “Caracazo”, que “iba a ocurrir un alza en la que estaba Chávez como cabecilla de todo aquello.” Tiempo después, Heinz lo interrogaría muchas veces por aquellos episodios.

Según cuenta esta mujer, una vez Chávez llegó al gobierno “empieza a hacer fuerza para quitarse de encima a todos los que estaban en ese momento allí”, y en 2006 se dictó un auto de detención contra Heinz, que le obligaba a presentarse ante las autoridades cada mes hasta su muerte en 2012.

“Mi marido enfermó de EPOC en 1992; fue un proceso engorroso donde al mes íbamos cuatro veces al hospital y una al presencial, los últimos cinco años con bombonas de oxígeno”, recuerda Boscán.

Asegura que durante las protestas populares del ‘Caracazo’ “hubo demasiadas balas perdidas y dueños de negocios armados que les disparaban a ellos”, e insiste en que “los militares se debían al pueblo y al respeto del presidente de la República.”

Marina Boscán denuncia que “se blasfemó y tergiversó mucho la información durante el juicio” contra su pareja y recuerda cómo este presentó un escrito de defensa de casi 900 páginas, aunque se topó con gente en el proceso que “no conocía la función militar.”

El general Heinz solía insistir en su inocencia, asegurando que lo que hacía era aplicar el Plan Ávila, y que “realmente los culpables fueron Chávez y los que en ese momento eran sus compañeros lineales.”

Antes de fallecer, Manuel Heinz escuchó un día a Hugo Chávez en los medios de comunicación diciendo que Nicolás Maduro sería su sucesor, a lo que él comentó:

“Cuando ese señor sea presidente, se acaba Venezuela.”, recuerda su viuda.

Tras la muerte del militar, Marina y los hijos del general creían que “todo iba a quedar sepultado”, pero seguían nombrándolo y señalando a sus familiares, quienes muy difícilmente podían pasar desapercibidos con un apellido tan poco común en Venezuela, mientras a ella la llamaban “la generala.”

Con Nicolás Maduro ya como presidente, Marina empezó a oír con insistencia la palabra “cuídate” y a recibir amenazas entre líneas.

“Un día fui a renovar el pasaporte y me dijeron: ‘¿Usted no piensa irse del país?’ Yo les dije que no, y me contestaron: ‘Vaya pensándolo, porque el general sigue vivo.’”, comenta.

Heinz tenía seis hijos de anteriores relaciones, algunos de los cuales han ido abandonando Venezuela, y, ante el temor de que pudiera pasarle algo, Marina optó también por hacer las maletas y mudarse a Panamá, donde estudiaba su hija.

En uno de sus viajes a Venezuela para ver a sus padres, el personal de migración la reconoció como la viuda de Heinz. Tras una señal al guardia, Marina acabó en “el cuartito peligroso”, donde fue sometida a preguntas referentes a su regreso al país.

“La última vez que salí a Panamá, el de inmigración me dijo: ‘Otra que se nos escapa’.
—‘¿Usted es la viuda de Heinz?’
—‘Sí’, respondí.
Entonces me contestó: ‘Nos vemos en el regreso’.”, relata.

Marina decidió hacer de nuevo las maletas y viajar a Fuerteventura, cansada de toparse en Panamá con militares vinculados a Maduro. En la isla se gana la vida limpiando casas, cuidando niños y personas mayores, mientras trata de defender “la democracia con fuerzas”.

Sigue con atención el día a día de la situación venezolana a través de los medios de comunicación y de llamadas a familiares. Las tres últimas veces que ha hablado con su padre, este siempre le repite lo mismo:

“Ni te acerques, no sabemos qué puede pasar cuando llegues al aeropuerto.”

Publicado en el Diario La Vanguardia (España), 18/08/2017.


PARA REFRESCARLE LA MEMORIA A DIOSDADO

Según el expediente del caso y los testimonios de los sobrevivientes, Ramón Rodríguez Chacín es, junto a Henry López Sisco (Wikipedia), uno de los autores intelectuales de la Masacre de El Amparo, realizada por un grupo mixto policial-militar el 29 de octubre de 1988, en el caño Las Coloradas, estado Apure (Wikipedia).

El entonces capitán de navío Rodríguez Chacín, junto con el comisario López Sisco, entre otros, formaba parte del Comando Específico José Antonio Páez (CEJAP), responsable de los hechos y de por lo menos 42 asesinatos adicionales en operaciones previas, conocidas como “Los Amparitos.”

Otras personas señaladas por haber participado en estos sucesos y que han ejercido funciones públicas en los últimos años son:

  • El General (Ej.) Camejo Arias, designado como director de Seguridad de la Gobernación del estado Bolívar en 2004.

  • El Coronel (Ej.) José Vivas Quintero, exdiputado al Parlamento Andino en representación del Movimiento Quinta República (MVR).

  • El excomisario (DISIP) Henry López Sisco, quien fue contratado por el exgobernador Manuel Rosales en la Gobernación del Zulia.

  • Ricardo Pérez Gutiérrez, juez militar que instruyó el expediente de la masacre y revocó los autos de detención contra los funcionarios involucrados, dictando en cambio autos de detención contra los sobrevivientes por “rebelión militar.” Posteriormente fue asesor jurídico del Ministerio de la Defensa durante la gestión de José Vicente Rangel.

General Humberto Antonio Camejo Arias

Como se recordará, Ramón Rodríguez Chacín formaba parte en 1988 del Comando Específico José Antonio Páez (CEJAP), que actuaba en zona de fronteras y fue responsable de diferentes masacres, incluyendo la de El Amparo, ocurrida el 29 de octubre de 1988, cuando 14 pescadores fueron asesinados en una emboscada y presentados ante la opinión pública como guerrilleros.

El testimonio de dos sobrevivientes reveló la verdad, convirtiendo el caso en uno de los episodios más emblemáticos de violación a los derechos humanos en la llamada “Cuarta República.”

En aquella época, Rodríguez Chacín fue detenido por las averiguaciones de las masacres anteriores a la del Caño La Colorada, conocidas como “Los Amparitos.” Su participación en los hechos se encuentra documentada en el expediente.

El 29 de octubre de 1988, Chacín no participó directamente en la emboscada, pues días antes, mientras sobrevolaba la zona, sufrió un accidente de helicóptero junto a Henry López Sisco. Sin embargo, a ambos se les imputa la autoría intelectual de la masacre.


Principales implicados en los hechos

  • Humberto Antonio Camejo Arias — General de División del Ejército. Comandante de la Segunda División del Ejército, asignado al CEJAP.

  • Henry López Sisco — Jefe nacional de Operaciones de la DISIP. Involucrado directamente en las masacres de Cantaura, Yumare, El Caracazo, y el asalto a la Embajada Cubana en 2002, entre otros hechos. Actualmente se encuentra en Costa Rica.

  • Enrique Vivas Quintero — Coronel del Ejército. Para la época, Jefe de la Guarnición de la zona donde ocurrieron los hechos. Organizó, en apoyo al CEJAP, la matanza y luego reportó la acción para intentar confundir al Ministerio Público.
    En los años posteriores, Vivas fue miembro fundador del partido Movimiento Quinta República (MVR), a través del cual fue electo presidente Hugo Chávez. En 1998 fue postulado y electo por votación popular como diputado al Parlamento Latinoamericano, y fue relegitimado en las elecciones del año 2000. Falleció el 28 de abril de 2012.

  • Ramón Rodríguez Chacín — Capitán de Navío. Para el momento de la masacre no pudo participar por el accidente aéreo en el que resultó herido. Participó en el golpe de Estado del 27 de noviembre de 1992 contra el presidente Carlos Andrés Pérez, siendo encarcelado y posteriormente sobreseído en 1994, como ocurrió con los demás golpistas.
    Durante el gobierno de Rafael Caldera (1994–1999) se mantuvo en la clandestinidad. Más tarde apoyó la candidatura presidencial del teniente coronel Hugo Chávez, quien accedió al poder en 1999. Actualmente se desempeña como gobernador del estado Guárico, tras vencer en las elecciones del 16 de diciembre de 2012.


Otros funcionarios vinculados

  • Alí Coromoto González, Capitán de Corbeta de la Armada Venezolana (36 años).

  • Ernesto Morales Gómez, Maestro Técnico de Primera del Ejército (34 años).

  • Omar Antonio Pérez Hudson, Sargento Técnico de Primera del Ejército (30 años).

  • Salvador Ortiz Hernández, Sargento Mayor del Ejército (31 años).

  • Andrés Alberto Román Moreno (a) “Mario Perolito”, Comisario General de la DISIP, Jefe de la Brigada Territorial Andina (47 años).

  • Maximiliano José Monsalve Planchart, Comisario de la DISIP, explosivista de la Brigada de Intervenciones (38 años).

  • Celso José Rincón Fuentes (a) “Hipólito”, Inspector Jefe de la DISIP (42 años).

  • Carlos Humberto Durán Tolosa (a) “Cocoliso”, Inspector Jefe de la DISIP (35 años).

  • José Ramón Zerpa Poveda, Inspector de la DISIP (32 años).

  • Luis Alberto Villamizar, Inspector de la DISIP (30 años).

  • Franklin Gómez Rodríguez, Subinspector de la DISIP (33 años).

  • Omar Gregorio Márquez, Subinspector de la DISIP (31 años).

  • Gerardo Rugeles Molina, Sumariador Jefe de la PTJ (47 años).

  • Edgar Arturo Mendoza Guanaguanay, Inspector Jefe de la PTJ (37 años).

  • Florencio Javier López, Subcomisario de la PTJ (37 años).

  • Alfredo José Montero, Subinspector de la PTJ (30 años).

  • Daniel Virgilio Vitanares Gómez, Agente de la PTJ (31 años).

  • Jesús Rafael Rodríguez Salazar, Agente de la PTJ, de 30 años.

 

No se pierdan la siguiente entrega, que estará mucho mejor.

FIN.




 

Economista venezolano Jesús Casique realiza colecta para la compra de insumos y medicamentos tras sufrir ACV


COMMENTS