La esperanza de los clientes del malogrado International Union Bank LLC (IU Bank) recibió un duro golpe reciente. En un comunicado fechado el 30 de septiembre de 2025, la firma liquidadora, Driven, P.S.C., confirmó el sombrío panorama que enfrentan los depositantes y acreedores: actualmente, la entidad no dispone de los fondos necesarios para realizar distribución alguna.
La misiva, dirigida a los clientes, reitera el compromiso del síndico de mantener una comunicación transparente sobre el estado del banco, pero dibuja una realidad financiera desoladora. Según se desprende del estado financiero más reciente, correspondiente al 31 de agosto de 2025, los activos disponibles son «considerablemente menores a las obligaciones». Este desbalance entre lo que el banco posee y lo que debe es el muro que impide, por ahora, cualquier tipo de reembolso.
Para hacer frente a este abismo financiero, el administrador judicial informó que sus esfuerzos se concentran en una estrategia de recuperación a tres frentes. En primer lugar, se trabaja activamente en el cobro de los préstamos que continúan pendientes de pago. En segundo lugar, se han emprendido demandas legales en contra de los pasados directores de IU Bank, buscando responsabilizarlos por la situación de la entidad. Finalmente, se mantienen abiertas investigaciones que podrían desembocar en futuras reclamaciones contra otras partes que pudieran tener responsabilidad en el colapso.
Sin embargo, el propio síndico advierte que este camino es un laberinto judicial y administrativo, cuyos procesos son «complejos y de larga duración». La firma liquidadora fue enfática al señalar que resulta imposible estimar con certeza cuánto dinero se podrá recuperar, o cuándo, hasta que los procedimientos legales alcancen una etapa más avanzada. Aunque el objetivo primordial sigue siendo maximizar la recuperación de activos, Driven, P.S.C. subraya una cruda advertencia: «no se garantiza la disponibilidad de fondos para liquidar los balances, total o parcialmente, de las cuentas de los depositantes», muchos de ellos venezolanos.
El abismo financiero de IU Bank al descubierto
El reciente comunicado de Driven, P.S.C. no hace más que confirmar lo que las cifras ya advertían en silencio. Un análisis detallado del Estado de Situación Financiera en Liquidación, con fecha de corte al 31 de agosto de 2025, revela la verdadera magnitud del descalabro de International Union Bank. Los números pintan un panorama desolador: los activos totales de la entidad apenas alcanzan los $12,852,198, una cifra que se ve eclipsada por un pasivo que se dispara hasta los $31,570,580.
La mayor parte de esta abrumadora deuda, más de 31 millones de dólares, corresponde a los depósitos de los clientes que hoy se encuentran en un limbo financiero. El desglose de los activos muestra un esqueleto institucional. La entidad reporta cero dólares en activos fijos y en valores (securities), indicando que no posee bienes inmuebles ni inversiones que pudieran liquidarse. El grueso de la esperanza para una futura recuperación reside en la cartera de préstamos pendientes, que asciende a más de $11.3 millones entre principal e intereses acumulados, y en una cartera de tarjetas de crédito valorada en poco más de $1 millón.
La liquidez del banco es prácticamente inexistente. El efectivo total disponible se sitúa en unos escasos $486,151, repartidos principalmente entre cuentas en Lloyds Bank y BPPR. Este capital circulante es insuficiente para hacer frente ni siquiera a los gastos de liquidación y deudas con acreedores, que suman más de medio millón de dólares, sin contar los depósitos.
Este colapso financiero no fue un evento repentino. Fue la culminación de un proceso de deterioro que llevó a la Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras (OCIF) a ordenar su cierre y liquidación a finales de 2024, tras confirmar su estado de insolvencia. Con esta acción, IU Bank se convirtió en la vigésima tercera entidad financiera internacional liquidada en Puerto Rico en un lapso de apenas tres años.
Tras la pista del desfalco: Síndico demanda a exdirectivos por más de $35 millones
En el epicentro del esfuerzo por recuperar los activos de IU Bank se encuentra una contundente acción judicial. El pasado 12 de mayo de 2025, la firma Driven P.S.C. interpuso una demanda ante el Tribunal de Primera Instancia en San Juan, apuntando directamente a la que fue la cúpula directiva de la entidad financiera, a quienes acusa de un «despilfarro multimillonario» que habría precipitado su caída.

Luis Guillermo Degwitz Brillembourg (der.) y su hijo, Luis Guillermo Degwitz Carvallo (izq.) (Ilustración)
El principal señalado en este litigio es el expresidente y accionista mayoritario, el venezolano Luis Guillermo Degwitz Brillembourg, a quien la demanda acusa de haber orquestado un esquema de transacciones en beneficio propio y de su familia. Junto a él, figuran como implicados su hijo, Luis Guillermo Degwitz Carvallo, y el exdirector Enzo Moschella. La acción legal busca resarcir las pérdidas causadas por una presunta mala gestión, estimadas en más de 26 millones de dólares.
La reclamación total del síndico asciende a la formidable cifra de $35.4 millones. Esta suma se descompone en los $26 millones correspondientes a las pérdidas directas ocasionadas y otros $9.4 millones exigidos por el repago de préstamos y la recuperación de otros activos. Los cargos presentados son graves: violación del deber fiduciario, enriquecimiento injusto y despilfarro de activos corporativos.
Según se detalla en el recurso legal, la debacle del banco no fue fortuita, sino el resultado de un incumplimiento sistemático de las normativas. Entre 2021 y 2022, la OCIF había pactado hasta tres «Planes de Fortalecimiento Patrimonial» con Degwitz Brillembourg en un intento por salvar la institución. La demanda sostiene que el incumplimiento de estos acuerdos fue lo que condujo a la «total descapitalización» del banco, dejando un rastro de deudas e incertidumbre para cientos de depositantes.
Depositantes atrapados y cuestionamientos a la gestión del síndico
Mientras la batalla legal contra los exdirectivos se libra en los tribunales, casi 1,547 depositantes permanecen atrapados en una angustiosa incertidumbre. Hasta el pasado mes de septiembre, 392 de ellos habían presentado reclamaciones formales, sumando más de 20 millones de dólares en depósitos congelados. Su futuro financiero pende de un hilo, dependiendo exclusivamente del éxito que el síndico tenga en la recuperación de activos y el cobro de la cartera de préstamos, un proceso que se antoja largo y lleno de obstáculos.
En medio de esta espera, han surgido serias críticas y cuestionamientos sobre la gestión de la propia firma liquidadora, Driven, P.S.C. Fuentes cercanas al caso y expertos legales han señalado una aparente lentitud e ineficacia en la recuperación de activos clave. Un ejemplo citado es la falta de progreso para recuperar una suma de 1.2 millones de dólares que los antiguos accionistas habrían transferido a una empresa radicada en España.
Además, se critica el enfoque del administrador judicial. En lugar de centrar sus esfuerzos en la persecución de los grandes activos presuntamente desviados, la sindicatura ha impuesto a los propios depositantes —las víctimas del colapso— la tarea de presentar una cantidad onerosa de documentación, un proceso que muchos consideran dilatorio e innecesario, sembrando frustración entre los afectados.
Expertos legales también han puesto sobre la mesa una omisión estratégica crucial: la falta de una solicitud para el «levantamiento del velo corporativo». Esta acción legal permitiría ir más allá de los activos de la corporación y perseguir el patrimonio personal de los directivos señalados. La ausencia de esta gestión protege a los presuntos responsables y limita drásticamente las posibilidades de una recuperación significativa para los acreedores. A esta nube de dudas se suma la opacidad en torno a los auditores externos que revisaron las cuentas de IU Bank durante los años críticos, cuyos informes podrían haber sido la primera señal de alarma ante las irregularidades que hoy tienen a cientos de familias al borde del abismo.


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