Ante la corte de Connecticut, Michelle Troconis, una socialité venezolana, se encuentra una vez más en el estrado. Se le imputan graves cargos por su supuesta complicidad en el homicidio de Jennifer Dulos, una madre residente en el Estado. La acusación sostiene que Troconis asistió a su pareja sentimental de aquel entonces, Fotis Dulos, en la realización y posterior ocultamiento del crimen.
Jennifer Dulos
El suicidio de Fotis y la situación de Troconis
En un giro trágico, Fotis Dulos, quien fuera el esposo de Jennifer y principal sospechoso del asesinato, decidió terminar con su vida en enero de 2020, encontrándose en libertad bajo fianza. Pese a las acusaciones, Fotis siempre negó su involucramiento en la desaparición y muerte de su esposa, ocurrida en mayo de 2019. Hoy, Troconis se enfrenta a la posibilidad de una condena de hasta dos décadas tras las rejas, al enfrentar cargos por conspiración para cometer asesinato y alteración de pruebas. Sin embargo, ella se declara inocente de los hechos que se le imputan.
Fotis Dulos
Pruebas presentadas en el juicio
El proceso judicial ha sacado a la luz pruebas contundentes. El 11 de enero, los miembros del tribunal pudieron observar a través de imágenes de cámara corporal de la policía, la inspección de la vivienda de Jennifer Dulos en New Canaan, capturadas el día de su desaparición. En la escena se detectaron indicios de sangre en su vehículo Range Rover y en el suelo del garaje. Un oficial testificó haber visto “una marca roja en la parrilla del vehículo” y que, aunque se barajó la hipótesis de un choque contra un venado, no había evidencias físicas que respaldaran dicha teoría.
Posteriormente, análisis forenses revelaron que en el garaje se encontraron grandes manchas de sangre que alguien había tratado de limpiar. La fiscalía argumenta que Fotis estuvo aguardando en ese lugar a su esposa y la atacó brutalmente tras su regreso de dejar a sus cinco hijos en la escuela.
El 12 de enero, el juez de primera instancia sentenció que las manchas de sangre halladas serían presentadas ante el jurado, desestimando la defensa de Troconis que calificaba a esta evidencia como “ciencia basura”. Jon Schoenhorn, abogado de la acusada, argumentó que muchas sustancias pueden reaccionar ante la luz negra, no solo la sangre.
La fiscalía también se respalda en grabaciones de cámaras de vigilancia donde se evidencia a Fotis y Michelle deteniéndose en alrededor de 30 contenedores de basura distintos. Michelle mantiene que desconoce el contenido de lo que se desechaba y que nunca cuestionó a Fotis al respecto. Además, se le acusa de colaborar en la fabricación de una coartada falsa para el día del asesinato.
El amargo divorcio y la desaparición de Jennifer Dulos
En el momento del homicidio, Fotis y Jennifer Dulos atravesaban un divorcio lleno de animosidad, disputándose no solo asuntos monetarios, sino la custodia de sus hijos. Actualmente, los niños residen con la madre de Jennifer en Nueva York. La última vez que se vio con vida a Jennifer fue a través de la cámara de seguridad de un vecino a las 8:05 a.m. Ese mismo día, faltó a dos citas médicas en Nueva York y su desaparición fue reportada por amigas y su niñera, Lauren Almeida, tras intentar contactarla sin éxito.
La indagación policial comenzó por su domicilio, donde se encontraron rastros de su sangre en el exterior de un Range Rover y en diferentes superficies de la cocina. Las señales de un intento de limpieza y la cantidad de sangre encontrada hacían evidente que Jennifer no había podido sobrevivir. Durante aquel periodo, ella enfrentaba un complejo proceso de divorcio con Fotis, quien además de la separación, estaba sumido en una deuda de 7 millones de dólares mientras convivía con Troconis y su hija en la residencia de Farmington, Connecticut, que una vez fue el hogar compartido con su esposa e hijos.
La continuidad del proceso judicial
El camino hacia la justicia para Jennifer Dulos continúa, y con él, el juicio contra Michelle Troconis avanza. Cada nueva revelación en la corte añade capas de complejidad a un caso que ha capturado la atención pública por la brutalidad del crimen y las implicaciones sociales de los involucrados. La búsqueda de verdad y reparación no solo atañe a las partes directamente afectadas, sino que se extiende a una comunidad entera que espera respuestas tras la desaparición y muerte de una madre cuya vida fue trágicamente interrumpida.
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