Jesús Gabriel Rodríguez, Jr. era propietario de Transvalue. Esa empresa brindaba servicios de transporte de metales preciosos y otros objetos de valor.
Desde esa posición, Rodríguez ayudó a contrabandear 140 millones de dólares en «oro de sangre». El metal había sido extraído ilegalmente en minas de América del Sur y enviado a los EEUU, señaló Primer Informe, con información de MarketWatch.
De acuerdo con la acusación Rodríguez, con su compañía, ayudó a que Miami sea un punto clave en el contrabando de oro a suelo estadounidense. La operación funciona parcialmente como una forma de lavar dinero para narcotraficantes.
Al mismo tiempo, ese contrabando alienta la minería ilegal en América del Sur. Esa actividad destruye miles de hectáreas de selva tropical de forma virtualmente irreparable. Los productos químicos utilizados en el proceso, en especial el mercurio, tienen efectos muy nocivos y prolongados en el medio ambiente.
Rodríguez conspiró con empleados de NTR Metals, una gran refinería de oro con sede en Texas. Juntos ocultaron los orígenes del metal precioso que se traía a través del Aeropuerto Internacional de Miami.
El esquema en el que participaba Rodríguez operó entre 2015 y 2016. A través de esa vía, fluyeron miles de kilogramos de oro hasta EEUU desde Curazao.
Esa isla del Caribe holandés no tiene minas de oro ni instalaciones de procesamiento propias. Todo apunta a que ese oro es procedente del contrabando, desde Venezuela.
En 2018, Donald Trump firmó una orden ejecutiva que prohibía a cualquier persona en los EEUU comerciar con oro obtenido de las minas venezolanas. En ese momento NTR también prohibió la compra de oro de Curazao debido a sus propias políticas contra el lavado de dinero.
Como respuesta a esas medidas, Rodríguez ideó una vía para que desde Curazao enviaran el oro hasta las Islas Caimán. Desde allí viajaba hasta EEUU. Los esquemas complejos de lavado de dinero involucran a actores clave en cada etapa del proceso.
A Rodríguez lo acusaron también de tramitar documentos aduaneros para decir que el oro se originó en las Islas Caimán. Luego sería transportado a las refinerías de NTR en Florida y en otros lugares.
Finalmente, le vendían el oro a fabricantes de joyas que usan ese metal pero que desconocían su origen.
“Los esquemas complejos de lavado de dinero involucran a actores clave en cada etapa del proceso”, dijo Juan Antonio González, fiscal federal del distrito sur de Florida.
«Los ejecutivos corporativos que facilitan el lavado de dinero mientras supuestamente importan bienes legales o pueden esconderse detrás de su condición de propietarios de negocios legítimos. Como todos los demás que participan en estos esquemas ilegales, serán procesados”, agregó el fiscal González.
Tres negociadores principales de la refinería NTR se declararon culpables en 2017 por su papel en el esquema. Ya han cumplido condena en prisión. Los tres cooperaron en el caso contra Rodríguez, según documentos judiciales. NTR pagó una multa de 15 millones de dólares.
Rodríguez enfrenta hasta 24 meses en una prisión federal por presentar documentos de aduana falsos y accedió a entregar $267,000 a las autoridades, dijeron los fiscales. Está programado para ser sentenciado en abril.
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