Posible venta de UBS España causa revuelo en la banca privada española

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“¿Está confirmado que UBS está a la venta? Yo llevo semanas con el runrún, y en Suiza hay movimiento. Pero aunque no les vaya muy bien, vender ahora tras haber invertido fuerte para crecer..”. Esta es la respuesta de un alto ejecutivo de banca privada. Y no es única. Resume la sensación de la élite de la industria española de grandes patrimonios.

El jueves, Bloomberg publicó que UBS planea la venta de su filial española, lo que supuso un terremoto en la división del grupo suizo en España que, de hecho, se enteró literalmente por la prensa. Desde el cuartel general del banco, hicieron un “no hay comentarios” que, como es habitual, se ha extendido por todo UBS. Suele ser así, ya sea ante preguntas sobre inquietudes del Sepblac, nuevas ofertas de bonos estructurados, un juicio con Banca March o la posible venta de la filial.

UBS tiene a varias decenas de profesionales de alto nivel en España. Banqueros de alto nivel y salario, con los que ha llegado a gestionar 21.000 millones en altos patrimonios, según los datos que facilitó al cierre de 2019 a ‘Funds People’, últimos disponibles. Aunque varias fuentes del sector apuntan a cifras menores si se circunscribe a patrimonios con más de cinco millones invertibles. El negocio español funciona como una sucursal del banco suizo, que cotiza en Zúrich con un valor de 50.000 millones de euros (capitalización similar a Banco Santander). En el mercado, ya se señala a sospechosos habituales como potenciales interesados: el suizo Safra o la aseguradora Mutua Madrileña, desde donde niegan la posibilidad, revela El Confidencial.

Fuentes próximas a la entidad suiza señalan que los dos primeros candidatos en ser contactados han sido Mutua Madrileña, uno de los principales compradores en el sector de la gestión de activos en los últimos años, y J. Safra Sarasin, una entidad helvética que lleva años intentando desembarcar en España.

La mera posibilidad ha provocado revuelo en el sector. En el banco hay tensión. Desde la dirección, liderada en banca privada por Pablo Díaz, se intenta calmar a los banqueros y que estos transmitan el mismo sentimiento a los clientes. Y en la industria tratan de tomar posiciones. Hay varias entidades que han mostrado apetito por crecer inorgánicamente, como los andorranos Andbank o Morabanc, Singular Bank o Mutua Madrileña. También ha habido fondos de capital riesgo interesándose por los procesos de venta de los últimos dos años, aunque, salvo Warburg Pincus con Singular, ninguno ha llegado a invertir.

Pero la operación de UBS sería mucho mayor que las que se han visto en el mercado recientemente. Asimismo, también hay un momento en el mercado de especial competencia por llevarse clientes y profesionales. Hay nuevos proyectos apareciendo, como Beka, Rentamarkets o Mediolanum, y otros reforzándose, como Creand (Banco Alcalá), de Crédit Andorra, o BNP Paribas, que en otoño revolucionó su estructura. Pero, sobre todo, se viene un periodo de fusiones bancarias y cierres masivos de sicavs, si como se espera que el Gobierno cambie su régimen, que facilitará que haya movimiento.

Los bancos internacionales ya han aprovechado, o incluso fomentado en ocasiones, el ruido país de las primeras semanas de la crisis para robar clientes a la banca tradicional que, a su vez, aprovecha su posición dominante como baza comercial ante el esperado hachazo a las sicavs. Las entidades especializadas en banca privada y las aseguradoras también compiten por ganar cuota de mercado. En este contexto, la posible venta de UBS ha sido un terremoto para el negocio.

En cualquier caso, la operación se enfrenta a varios retos. Por un lado, evitar la fuga de banqueros. En las últimas semanas, se han acelerado los contactos de asesores de UBS con competidores ante la incertidumbre de un cambio de accionista. A esto se suma que el grupo suizo ha hecho en los últimos tiempos rebajas de comisiones a sus clientes para evitar su salida de la mano de asesores, algo que presiona sus márgenes.

Asimismo, esta entidad es una de las extranjeras con presencia en España con mayor estructura, sobre todo de técnicos encargados de mantener la plataforma. Las últimas cifras de la patronal bancaria AEB, de 2019, apuntaban a una plantilla de 224 profesionales de los que casi 200 eran técnicos.

La entidad no publica el beneficio del negocio español, aunque entre enero y septiembre obtuvo ingresos por comisiones por valor de 42,9 millones, según información publicada por la AEB. Los ingresos por intereses ascendieron a 5,9 millones, explicados en general por créditos para invertir o pignorando parte de la cartera (lombardos) a sus clientes. A esto suma nueve millones por dividendos, 4,1 millones por otros conceptos y un millón por resultados netos de operaciones financieras. Mientras que los gastos alcanzaron los 38 millones, y hay otros 1,5 millones restando por impuestos.

Estas partidas arrojan un saldo neto de 23,5 millones, explicados por el negocio de banca privada, donde está el grueso de la estructura en España y el que estaría planteándose vender, según Bloomberg, pero también se computan ingresos de la división de banca privada y mercados de capitales, codirigida por el español Javier Oficialdegui, que fue ascendido en 2017, cuando se convirtió en uno de los lugartenientes entonces del italiano Andrea Orcel.

Fuentes de banca privada apuntan a que el beneficio que consigue UBS con este segmento es limitado pese a gestionar 22.000 millones, entre otras cosas, por la inflación de costes que asumió al fichar a golpe de talonario. Hace poco más de dos años, fichó a una docena de banqueros de Banca March, entre ellos, el exdirector de Inversiones del banco mallorquín Alejandro Vidal y el exdirector territorial de Expansión de Banca Patrimonial Juan Orbe. Junto a ellos, cambiaron de casa Rafael Baselga de la Vega, Diego Calvo, Isabel Oraá, Javier San Pío, Carlos Domínguez, Eva Padilla, Silvia González, Andrés Calderón, Pedro Sagastizabal y Teresa Ortiz de Zárate.

Las dos entidades están inmersas en un litigio por estos fichajes. March demandó a UBS y a estos 12 banqueros por competencia desleal, pidiendo entre cuatro y cinco millones de euros. Las vistas están programadas hasta diciembre de este año, con lo que no se espera sentencia hasta 2022. Es decir, UBS primero apostó por crecer en España y después se plantea dar un paso atrás.

Otra clave es el potencial de crecimiento. Aunque siempre hay matices, pero hacer un traje a medida para la planificación financiera y fiscal de un cliente de banca privada cuesta igual si tiene 500.000 euros para invertir o 10 millones. En UBS, dieron la orden de reservar el servicio de banca privada para patrimonios con más de cinco millones disponibles para invertir. “Quizás en Suiza, Alemania, Francia o Reino Unido hay margen para crecer en este segmento con los ultrarricos, pero en España es menor”, comenta un ejecutivo de banca privada. Además, el mismo ejecutivo recuerda que desprenderse de la estructura no implicaría decir adiós del todo al negocio, ya que podrían gestionar el patrimonio de grandes fortunas españolas desde Suiza, con una representación en España más reducida que la estructura actual.

De fondo está el cambio de CEO en UBS en décadas de crecimiento con Miguel Matossian, alcanzando los 17.000 millones gestionados, aunque el veterano banquero llegó a un acuerdo para su salida el pasado verano, tomando el relevo Íñigo Martos.

 

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