La historia de la venezolana Daniela Rodríguez y «Soy Olivia», la empresa en España de representación de influencers

La historia de la venezolana Daniela Rodríguez y «Soy Olivia», la empresa en España de representación de influencers

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La venezolana Daniela Rodríguez, fundadora de ‘Soy Olivia’, una de las empresas de representación de influencers y creadores de contenidos más importantes de España, se ha ganado un puesto en el mercado manejando a más de 60 personalidades con estrategias para que mantengan su brillo en las redes sociales.

La empresa nació en 2015 cuando Javier García-Gallo, esposo de Rodríguez, la incentivó a que debería crear contenidos para redes sociales, reveló Regina Marín Latonda en Vozpópuli.

«Antes de crear ‘Soy Olivia’, yo era una gran consumidora de cuentas de YouTube, especialmetne de chicas americanas. Cuando llegué a España descubrí a Grace Villareal, y me enamoré de su contenido. Por casualidades de la vida, pude trabajar con ella y al poco tiempo me pidió que yo fuera su representante».

No pasó un mes después de comenzar a trabajar con la mencionada influencer, cuando ya tenía otros diez talentos en su lista de representaciones. Ante esto, su esposo dijo «tenemos que montar una empresa con este fenómeno». Así nació la firma. Al equipo se unió Edu Cargía Alier, quien asesora con asuntos económicos y fiscales.

Hoy en día son pioneros en un mercado que ahora mueve millones de euros. Pero, ¿cuál es el trabajo? «Hay muchísimo trabajo. Hay reuniones con marcas, en las que se tiene que valorar qué tipo de publicidad quieren, cuánta, el target al que se quieren dirigir… Por su puesto, es muy importante valorar también los valores de la marca, para que sea coherente a los de la influencer a la que quieren contratar».

La credibilidad es uno de los puntos críticos del mundo de los influencers. «Precisamente por eso es fundamental para nosotros que los valores de la marca se adapten a cada persona que va a publicitar los productos. Nosotros garantizamos 100% que los productos que recomiendan los utilizan nuestros chicos y que de verdad les gustan. Si no, cancelamos el contrato, porque hay que dar credibilidad y prescripción».

«Nosotros no vendemos personas, vendemos el contenido que hacen esas personas. Hacerlo al revés sería objetivizarles. Y lo que transmiten tiene que representarles», explica Daniela Rodríguez. «Por ejemplo, María Fernández-Rubíes, que es embajadora de Estee Lauder, te aseguro de verdad que es una gran fan de todos sus productos. Y los promociona convencida de que son buenos».

Eso sí, también es consciente de que la realidad es la realidad. «Todas nosotros, por muy fanáticos que seamos de una marca, tenemos productos de diferentes compañías en nuestra casa». Pone el ejemplo de la bolsa de maquillaje: nos puede gustar mucho una marca concreta, por ejemplo Mac, pero no todos los productos suyos. «Igual que nosotros tenemos como mínimo tres marcas diferentes para productos parecidos, las influencers también. Pero eso no significa que no consideren bueno el producto que promocionan. Simplemente es la vida».


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