Empresario Carlos Gill buscó refugio para sus fondos en el Audi Bank de Líbano ante medidas en su contra por escándalo en Bolivia

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Bank Audi es una empresa de servicios financieros y bancarios universales con sede en el Líbano, en Beirut, que ofrece productos y servicios financieros en los segmentos de banca personal, banca comercial, banca privada y tesorería y mercado de capitales.

También tiene sede en EEUU.

Ahí han parado los fondos del venezolano Carlos Gil, al cual se le ha presentado numerosos problemas financieros con la banca internacional. Las instituciones han cerrado sus cuentas por el escándalo que estalló en Bolivia por su manejo en los contratos de una importante vía ferroviaria, a cambio de que silenciara el principal medio opositor al régimen de Evo Morales, revela Zaid Abraham en Seguros y Banca.

Carlos Gil, un polémico empresario venezolano, fue presentado a Evo Morales, por el ex embajador Julio Monte, para que le dieran el contrato parte del tren de Bolivia,, a cambio de que comprara el periódico La Razón de Bolivia. El cual después cambió su línea editorial.

Fuentes de Audi Bank, aseguraron a SegurosyBanca.net, que los fondos pasan por una importante investigación.

El empresario es también dueño del periódico Extra, además de ser propietario del 50% del ferrocarril Oriental y Ferrocarril Occidental, que son las únicas empresas capitalizadas que no fueron nacionalizadas por Morales.

También tiene a su cargo la importación de combustible por el canal Tamengo.

Opositores al régimen del MAS en Bolivia, señalan al venezolano Carlos Gil Ramírez como el empresario favorito de Morales porque realizó cuantiosos negocios en Bolivia gracias a las adjudicaciones directas a las que le favorece gobierno de turno.

Lo acusan de hacer negocios con el MAS gracias a las adjudicaciones directas con las cuales le favorecía el gobierno. Gil hacía las gestiones para que se adjudicarán contratos muy grandes y después estas empresas lo subcontrataban a él o a sus empresas para que pudiera hacer todas las obras civiles en Bolivia. Como eran contratos adjudicados sin competencia, con contratos por montos cuantiosos.

¿Quién es Carlos Gill Ramírez?

Carlos Gill Ramírez es un empresario venezolano-paraguayo. Es presidente del Grupo Corimón, corporación venezolana dedicada a la producción y comercialización de pinturas. En su propio perfil en Linkedin, destaca que ha tenido experiencia en los sectores automotriz, hotelero, industrial, seguros, salud y comercial; y llegó a participar en la reestructuración del Banco Unión, Mercedes Benz Venezuela, Banco Capital, Banco Canarias y Bancentro.

Fue también propietario de Banorte, entidad que vendió cerca de año y medio antes de ser intervenida por el Estado. Además de esto, es señalado por haber mantenido buenas relaciones con el gobierno de Evo Morales en Bolivia y con el gobierno venezolano, para así adquirir varias empresas en Bolivia, entre estas, dos medios de comunicación y una empresa ferroviaria. Carlos Gill Ramírez, sin embargo, ha negado sus nexos con el gobierno de Evo Morales en Bolivia.

Gill nació en Paraguay un 23 de julio de 1956 pero se mudó a Venezuela desde pequeño y estudió Odontología en la Universidad Central de Venezuela, de donde egresó en 1978. A partir de este momento ha hecho todo menos ejercer su profesión, revela Poderopedia.

Ha sido banquero, director de corredoras de seguros, de concesionarios, de la corporación Corimón dedicada a la elaboración y comercialización de productos industriales y también de medios de comunicación. Gill reconoce en su propio perfil de Linkedin haber trabajado en al menos 14 compañías desde 1985 hasta la actualidad y ser “Cónsul Honorario” de Paraguay en Venezuela. Entre sus compañías destacan Nacional Car Rental, Seguros Ávila, el concesionario Misucar de Acarigua y las entidades bancarias Bancentro, Interbank, Banco Hipotecario Venezolano, Banco Canarias y Banorte. También trabajó en Banco Unión, donde se hizo socio de la familia Salvatierra, en Mercedes-Benz Venezuela y en Banco Capital, y vincula su participación en estos últimos con el logro de la reestructuración de esas instituciones. De acuerdo con un reportaje del periodista Alfredo Meza en Armando.info, Gill también admite haber comprado en 2014 la franquicia de comida rápida Wendy´s.

La polémica lo acompaña desde su paso por los bancos. En el Banco Canarias trabajó junto a Eligio Cedeño, hoy prófugo de la justicia por el caso Microstar, y fue donde conoció a José Zambrano, a quien terminaría vendiéndole, en 2007 y 2008, Seguros Bancentro y Banorte respectivamente. Por éste último recibió 52 millones de dólares y se supo librar del banco un año y medio antes de que fuera intervenido por problemas de liquidez y porque Zambrano no pudo probar el origen de esos 52 millones.

A pesar de figurar en altos cargos en todas las empresas, la compañía principal de Gill en Venezuela es el Grupo Corimón, C.A, dueña, entre otras marcas, de Pinturas Montana y de la filial Corimón Pinturas, área en la que tiene especial dedicación. En 1993, el grupo incursionó en el mercado de capitales y en la Bolsa de Valores de Caracas y tres años más tarde Gill Ramírez se convertía en presidente de la Junta Directiva.

Ambas, Corimón y Corimón Pinturas recibieron entre 2004 y 2012 hasta 176 millones 194 mil 487 dólares de Cadivi. A Corimón Pinturas, por sí sola, le fueron adjudicados 166.707.732 dólares en 2551 solicitudes que realizó durante ese período. Según el Registro Nacional de Contratistas, el archivo de la compañía está desactualizado y la empresa está inhabilitada para contratar con el Estado. Entre sus clientes destacan Fertinitro, el Instituto Nacional de Canalizaciones, Metanol de Oriente (Metor), Pdvsa-Puerto La Cruz y Sidor.

De acuerdo con el reportaje del portal Armando.info, Carlos Gill ha expandido sus negocios a otros países de América Latina. El primero de ellos fue Bolivia, a donde llegó en 2008, año que vendió Banorte, para destrabar las negociaciones entre el grupo español Prisa y uno de los periódicos más influyentes del país, La Razón.

De acuerdo con la nota, Gill creó la fundación Siglo XXI, dedicada a incentivar la exportación de productos textiles bolivianos como una excusa mientras colaboraba con el gobierno de ese país en las negociaciones. Fue presentado con el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, mediante el embajador de Venezuela en ese país, Julio Montes. Entonces se constituyó una empresa en España, llamada Akaishi, con el objetivo de negociar directamente con el grupo Prisa la propiedad de La Razón, el canal de televisión ATB y el diario Extra, que ahora pasarían a manos de Gill.

Múltiples compras en Bolivia

La fortuna de Carlos Gill, de cuya existencia no se conocía en Bolivia antes de la llegada del gobierno de Evo Morales, le permitió en los últimos años acaparar dos diarios en La Paz, un canal de Tv nacional, las acciones del ferrocarril oriental, la más grande empresa oleaginosa del país, una radio nacional, ha avanzado sobre una empresa de distribución eléctrica en La Paz y ha movido sus piezas en el sector cementero.

Sus adquisiciones en el sector de las comunicaciones son muchas más de las mencionadas y no tienen freno. Asociado con personalidades vinculadas al gobierno, sólo compra medios, sin importarle cuánto cuestan, porque quizá le parecen precios muy bajos para los volúmenes de ingresos que él maneja.

Hace poco tiempo, en Inglaterra el australiano Rupert Murdoch, que había adquirido el legendario diario The Times, quiso seguir acaparando medios, pero la ley se lo prohibió. No puede, una sola persona, tener tanto poder en los medios de comunicación de un país, y menos si es extranjera.

Pero en Bolivia, como lo está comprobando ahora el señor Gil, no hay este tipo de restricciones y quien tiene dinero puede acapararlo todo, adueñarse de empresas con larga trayectoria, hechas con el esfuerzo de muchas personas, empresas que se habían convertido en verdaderas instituciones nacionales, en verdaderas banderas, pero que pueden ser compradas por un insistente comprador.

Cuando adquirió un hasta entonces buen matutino paceño, Gil pagó alrededor de 18 millones de dólares, aparte de lo que había pagado por una cadena de Tv asociada al matutino. Un monto semejante, financiado por la banca, sería muy difícil de repagar, sobre todo en un país con una cartera publicitaria tan chica como Bolivia.

Por lo que ha hecho el señor Gil y sus asociados con el aludido matutino, no tiene un mensaje claro para trasmitir, salvo que quienes deben hacerlo no sean capaces de hacer su trabajo. Todo indica que la compra aquella fue hecha por el afán de desplazar a unos empresarios nacionales, además de profesionales de la comunicación.

Asociado con capitales españoles, Gil adquirió un canal de Tv por cable en Estados Unidos, con lo que mostró que por lo menos tiene un interés político, el de llevar a los televidentes de ese país un mensaje favorable sobre Hugo Chávez.

El empresario Gil y sus socios bolivianos, muy altos en la jerarquía política nacional, tendrían que exhibir el origen de sus recursos cada vez que hacen una compra, si es que el gobierno boliviano aplicara las previsiones recomendadas por la ONU sobre el lavado de dinero.

Financiamiento a dirigentes de la oposición en Venezuela

Muchas veces se ha asegurado cómo Carlos Gill financia a dirigentes de la oposición en Venezuela, explicado con el acompañamiento que su esposa Josefina Gómez Sigala, también llamada Chepita Gómez de Gill, le ha dado a Fabiana Rosales, pareja de Juan Guaidó, en sus visitas a Estados Unidos.

Chepita Gómez de Gill

Vale mencionar que una sobrina de Carlos Gill, María Gabriella Gill está casada con el bolichico Luis Alfonso Oberto Anselmi, contra quien cursa un proceso penal en las cortes federales de los Estados Unidos de Norteamérica.

Vínculos con personajes de la corrupción en el Tesoro de Venezuela

Documentos de cumplimiento y KYC vistos por infodio.com muestran que Pictet abrió tres cuentas bancarias (128588, 128589, 128590) para Adrián Velásquez y Carlos Gill a principios de diciembre de 2013. Isaac Topel estuvo a cargo de la apertura de cuentas en las intros realizadas por Alberto Valenzuela y José Antonio Gago . Las cuentas que terminan en 88, 89 eran para una tarjeta de crédito y una empresa perteneciente a Velásquez en Nevis. La cuenta 128590 era para Gill. Se llamó Center Valley AVV , a su vez un caparazón registrado en Aruba propiedad y administrado por Gill. Mientras que Gill se presenta como jefe de Corimony tiene un historial previo en banca, Topel de Pictet sostiene que Velásquez, un teniente del ejército casado con Claudia Díaz Guillén involucrado a su vez en la corrupción a gran escala en el Tesoro de Venezuela «, heredado de su suegro (Daniel Diner) quien estuvo activo en el Sector inmobiliario «(sic – Daniel Dyner ), reveló Alek Boyd en infodio.com.

La fuente de los fondos ($ 40mn iniciales y hasta $ 100mn) iba a ser la venta de algunas acciones de Corimón propiedad de Velásquez y Gill, según los documentos. El patrimonio neto de Gill se calcula en 700 millones de dólares. El 16 de diciembre de 2013, Velásquez transfirió $ 30 millones de la cuenta de MJ Box Tool en BSI Lugano (ID de cliente 12270059) a la cuenta de Pictet 128590 de Gill. Posteriormente Gill realiza una serie de transferencias, para compra de aviones, redecoraciones, comisiones por adquisición de las operaciones de Bridgestone en Venezuela , etc.

Para justificar la inexplicable fuente de riqueza de Velásquez, Topel inventa esta historia sobre cómo Velásquez, junto con su hermano Josmel, crearon MJ Box Tool para servir a la industria petrolera en Venezuela y los Estados Unidos, y cómo Velásquez se reunió con Gill en el año 2000, y luego. dejando el ejército cómo Gill «lo tomó bajo su protección y se convirtió en su mentor» («… il l’a prit sous son aile, c’est son mentor «).

Pictet otorga varios préstamos a Gill, supuestamente para la compra de un conglomerado azucarero paraguayo. Estos se cobran a diferentes tasas de interés. Por ejemplo, el 20/12/2013, solo días después de la apertura de la cuenta, Pictet aprueba dos préstamos, cada uno por $ 6,600,000, a una tasa de interés del 1,1% y 1,3%; otro por $ 6,800,000 cobrado 0.99835% se aprueba el 24/12/2013. Se aprueban y cancelan más préstamos en rápida sucesión.

Además, el 20 de diciembre de 2013, Gill transfiere $ 7mn a José Luis Manzoni , acusado de fraude, cuyo padre José Luis Manzoni Wasmosy era dueño de Azucarera San Luis en Paraguay. Gill es, supuestamente, el cónsul honorario de Paraguay en Venezuela y tiene una cartera de inversiones internacionales desde Bolivia hasta las partes más elegantes de Madrid . Gill es particularmente interesante en las Ligas de la Corrupción de Venezuela debido a sus conexiones con banqueros completamente dudosos, como José Zambrano y su propio hermano Víctor Gill , suegro a su vez de Luis Oberto … Dada la posición de Gill, ¿por qué entraría en esto? una especie de trato con Velásquez si fuera legítimo?

Hay otro depósito interesante en la cuenta de Center Valley de Gill en Pictet: Fintech Investments Ltd (David Martinez) transfiere UBS $ 1,250,000 a la cuenta de Gill. ¿Martínez administra algunos de los activos de Gill?

Una solicitud de comentarios hecha a Isaac Topel fue respondida con el habitual BS por el Jefe de Comunicaciones Corporativas de Pictet, Frank Renggli , quien afirmó que Pictet no podía «comentar sobre relaciones con clientes potenciales, pasadas, existentes y no existentes». Con suerte, el Departamento de Justicia obligará a Pictet a rendir cuentas por sus servicios de lavado de dinero a Adrian Velásquez y Carlos Gill.

Enemistad con excandidato

Un excandidato a diputado en las elecciones legislativas del pasado 6 de diciembre celebradas en Venezuela, miembro de un movimiento político emergente, tuvo al parecer como financistas para su campaña electoral a los hermanos Luis Oberto Anselmi e Ignacio Oberto, quienes aparecen vinculados a varios casos de corrupción con las finanzas de PDVSA y han sido investigados en Estados Unidos por lavado de dinero.

El excandidato habría recibido de los hermanos Oberto amplios aportes financieros para su campaña electoral, proyectándose como un intermediario, interlocutor y lobista único y necesario ante el Gobierno de Estados Unidos, la oposición venezolana y el Gobierno de Nicolás Maduro.

Pero el excandidato también había estado recibiendo financiamiento de Alejandro Betancourt, otro de los “bolichicos” enfrentado con el banquero Oscar García Mendoza, a quien el dirigente político también habría ofertado sus servicios.

Luego de haberlo defendido a capa y espada, el excandidato a diputado entró en conflicto con el empresario Carlos Gill, quien al parecer no cumplió con las expectativas económicas que el dirigente esperaba recibir para su campaña electoral, surgiendo con esto su molestia hacia Gill.

Negocios en España

Ha pulverizado récords en el mercado residencial de lujo, en el hotelero, en el sector de oficinas y, también, en retail. El distrito de Salamanca es el barrio del lujo por excelencia en la capital y en los últimos años ha sido, además, uno de los más activos a nivel inmobiliario.

Según un reporte de E. Sanz para El Confidencial. En sus apenas cinco mil metros cuadrados de superficie se ha pagado el precio más elevado del metro cuadrado por una vivienda de lujo, pero también se ha fijado récord de precios en oficinas, en hoteles y en retail. Según datos de CBRE, en los últimos cinco años se han invertido más de 1.000 millones en oficinas, locales comerciales y residencial en alquiler. Sin embargo, desde 2015 solamente se han producido tres transacciones por encima de los 100 millones de euros.

Velázquez 86, que fue adquirido por la socimi Axiare a Colonial (124 millones), Velázquez 34 (120 millones), antigua sede del Banco Popular comprada por Zurich; y la compra del hotel Villa Magna (210 millones) a finales de 2018 por parte del grupo mexicano RLH Properties. El distrito también ha vivido operaciones frustradas, como la subasta pública del edificio de María de Molina, 48-50 por algo menos de 200 millones, que quedó desierta en 2019 y a finales de 2020. A pesar de ello, los expertos esperan que mantenga su relevancia dentro del mercado de inversión, con operaciones potenciales a corto plazo como la venta del establecimiento de 5 estrellas Bless Madrid, antiguo Gran Hotel Velázquez o de algún proyecto residencial como General Oraá 9.

Salamanca está en el punto de mira. No en vano es uno de los barrios más ricos y exclusivos de la ciudad. Según datos de la Agencia Tributaria, en 2018 ocupaba el cuarto lugar de toda España con una renta bruta media de 95.492 euros, solo por detrás de La Moraleja (Alcobendas, Madrid), VallvidreraTibidabo ¡ Les Planes (Barcelona) y Somosaguas-Húmera (Pozuelo de Alarcón, Madrid).

Además, su privilegiada ubicación en el centro de la ciudad, así como la presencia de todas las grandes tiendas de lujo y moda a nivel mundial, lo sitúan en el punto de mira de las grandes fortunas, especialmente latinoamericanas que, en los últimos seis años, han cobrado especial protagonismo en el barrio. De hecho, venezolanos, primero, y mexicanos, después, han dado un fuerte impulso al residencial de lujo, con la rehabilitación de varios edificios y con la compra de algunas de las viviendas más caras de la capital.

Según datos del informe ‘Madrid desde el Cielo de CBRE, actualmente hay 24 proyectos residenciales en marcha y en comercialización, algunos con la obra acabada y unidades pendientes de venta. Once de ellos son de obra nueva y el resto, rehabilitaciones. General Oraá 9 (Carlos Gill, en venta por 63 millones de euros), Claudio Coello 108 (Patrizia Inmobilien), Claudio Coello 121 (Grupo Alconsa), Núñez de Balboa 86 (Impar Grupo), Don Ramón de la Cruz 58 (Impar Grupo), Velázquez 23 (Aligrupo) , Alcalá 87 (Gran Roque), Alcalá 141 (Darya Homes), Jorge Juan 53 (Grosvenor), Jorge Juan 93 (Inversiones Ala 19), Hermosilla 67 (Darya Homes), plaza del Marqués de Salamanca 11 (Terralpa) o Marqués de Zafra 52 (Stoneweg), entre otros.

Una persona familiarizada con el asunto ha asegurado que el empresario venezolano-paraguayo Carlos Gill es socio y muy amigo de los hermanos Ignacio, Salvador y Beatriz Salvatierra. Ignacio Salvatierra Palacios es el primogénito del segundo matrimonio del hoy difunto empresario, nacido en Venezuela, Salvador Salvatierra Salas, quien fuera padre también, en su primer matrimonio, de Salvador Ignacio Salvatierra Quintero, albacea y testaferro de la fortuna del hoy desaparecido torero español Francisco Rivera Pérez «Paquirri», esposo de la tonadillera Isabel Pantoja.

Pero, sin duda, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, dos han sido los proyectos que han marcado el devenir del residencial de lujo del barrio de Salamanca: Serrano 7 y Lagasca 99. El primero de ellos protagonizó, en noviembre de 2016, la venta del ático más caro tras la crisis. Por sus 600 metros cuadrados se pagaron 9 millones de euros, a razón de 15.000 euros el metro cuadrado.

 

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