El Confidencial: El Barça pide a Goldman, Allianz y Prudential ayuda urgente para evitar la quiebra

El Confidencial: El Barça pide a Goldman, Allianz y Prudential ayuda urgente para evitar la quiebra

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La entidad blaugrana ha pedido a estos bancos y fondos de inversión una dispensa por incumplir ratios financieras que suponen de facto un impago de 200 millones de euros, revela Agustín Marco en El Confidencial.

La agonía financiera del Fútbol Club Barcelona continúa. Según fuentes oficiales, la entidad azulgrana, que acumula un fondo de maniobra negativo de 601,8 millones de euros, ha pedido a varios acreedores mundiales que le prorroguen un año deudas inminentes por importe de 300 millones de euros para evitar entrar oficialmente en impago o ‘default’. Los principales acreedores a los que se ha dirigido la institución deportiva son Goldman Sachs, que ya ha accedido, y las gestoras estadounidenses Prudential, Allianz, Barings y Amundi.

La actual gestora que preside el Barca, dirigida por el economista Carles Tusquets, ha iniciado negociaciones con estos fondos de inversión, que le prestaron 200 millones de euros en bonos entre agosto de 2018 y mayo de 2019. Fueron unas emisiones de ‘senior notes’ por las que el club paga entre un 2 y un 2,5% con vencimiento entre 2023 y 2024 a estas gestoras, que se encuentran entre las mayores del mundo. Sin embargo, estos bonos obligaban a la entidad blaugrana a cumplir una serie de ratios financieras semestrales y anuales relacionadas con su resultado de explotación o ebitda.

Pero el desplome del ebitda en la temporada finalizada a 30 de junio de 2020, debido al impacto del covid-19, ha llevado al FC Barcelona a incumplir estas métricas, por lo que esos 200 millones de euros se considerarían deuda vencida desde el pasado 31 de diciembre. En otras palabras, que el club entraría en quiebra técnica, ya que cualquiera de estos fondos -Prudential, Allianz, Barings o Amundipodría instar el concurso de acreedores.

El Barca sostiene que ya ha llegado a un acuerdo con los tenedores norteamericanos de las ‘senior notes’ para la dispensa del cumplimiento de estas ratios y no requerir esta obligación hasta el 30 de junio de 2021. Pero la efectividad de este acuerdo está sujeta, entre otros aspectos, a que el resto de bonistas le concedan este plácet. La institución deportiva asegura que las negociaciones con los otros acreedores, Allianz y Amundi, principalmente, se encuentran muy avanzadas.

El club ha hecho lo propio con Goldman Sachs, el banco estadounidense con el que el anterior presidente, Josep Maria Bartomeu, llegó a un acuerdo para que le concediese un crédito de más de 800 millones de euros para remodelar el Camp Nou dentro del proyecto conocido como Espai Barca. El banco de inversión ya le adelantó 90 millones para construir el Estadi Johan Cruyff, donde juegan el equipo filial y el femenino, cantidad que debía haber devuelto el pasado mes de agosto.

Sin patrimonio

La asociación de interés deportivo (el club no es sociedad anónima) ha logrado que Goldman Sachs le otorgue otra dispensa sobre el cumplimiento de las ratios semestrales y anuales hasta el 30 de junio de 2021 y ha ampliado el vencimiento del préstamo hasta el 16 de agosto de este año. La nueva directiva que salga de las próximas elecciones a la presidencia apenas tendrá tres meses para renegociar de nuevo un aplazamiento y evitar el ‘default’, como se conocen en el argot financiero los impagos que se traducen en quiebras.

Pero la situación de la compañía Barca será aún más delicada que la actual, puesto que el club estima que va a acabar la temporada 2020-2021 con cerca de 150 millones de pérdidas adicionales a los números rojos de 97 millones del pasado ejercicio. La empresa tiene deudas a corto plazo, es decir, que vencen en menos de 12 meses, de 268,4 millones, mientras que hace apenas un año este epígrafe apenas era de 11,94 millones. Y apenas dispone de patrimonio: 30 millones.

Según un documento oficial, el fondo de maniobra negativo se ha más que duplicado, al pasar de 284,47 a 601,82 millones, “hecho que podría suponer una duda sobre la aplicación del principio de empresa en funcionamiento”. Esto supone que la institución tiene un significativo desequilibrio financiero y que tendría serios problemas para pagar sus deudas, por lo que podría entrar técnicamente en concurso de acreedores.



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